Los presupuestos de la Generalitat no tienen partida para ampliar Provença
Un informe de 1999 advertía ya del peligro que suponen los andenes
La estación de Provença se llena cada día hasta el límite de la seguridad de los pasajeros. Un dato que los usuarios viven con temor desde el pasado año y que era conocido por la dirección de Ferrocarrils de la Generalitat desde, por lo menos, septiembre de 1999. El Gobierno catalán anunció la inmediata ampliación de los andenes, pero no ha incluido partida para ello en los presupuestos de 2003. Gisa se hará cargo de la redacción del proyecto de obra.
Un informe de Ferrocarrils de la Generalitat hecho en 1999 anunciaba que la estación de Provença superaría, ese mismo mes, el límite de "la capacidad de diseño" y que en 2002 la demanda estaría por encima de la "oferta teórica", eufemismo que significa capacidad. Una vez trascendió la existencia del problema, el Ejecutivo catalán anunció que procedería a la ampliación de la estación de forma inmediata. Pero el Gobierno catalán no ha incluido las obras en los presupuestos de 2003.
Un portavoz del Departamento de Política Territorial, del que depende la ampliación de la estación, alegó como motivo para justificar la falta de una partida presupuestaria que la obra no se terminará este año y, por lo tanto, no se necesitará dinero hasta el año que viene, en función del modo en que se decida pagar la ampliación.
De momento, Política Territorial ha encargado el estudio del proyecto constructivo a la empresa pública Gisa, que "siempre tiene remanentes en sus partidas para casos urgentes", según un portavoz oficial de la empresa ferroviaria. Gisa es la empresa que utilizó el Gobierno catalán para aumentar su endeudamiento sin que figurara en la contabilidad oficial, hasta que el PP impuso que las empresas públicas también se sometan a la norma del equilibrio presupuestario y sus compromisos de pago figuren como deuda del Gobierno catalán.
Gisa reconoció ayer que ha recibido dos encargos del Gobierno catalán: la ampliación del andén en dirección Sarrià y una segunda ampliación del vestíbulo de Rosselló, para que la gente que no quepa pueda esperar ahí. Los andenes de Provença se llenan todas las mañanas, sobre todo entre las ocho y las nueve, y llegan a superar los 11.000 usuarios en esa franja horaria.
El presidente de la empresa, Antonio Herce, se reunió la pasada semana con un grupo de directivos de Ferrocarrils para explicar algunas de las próximas actuaciones en la empresa. En esa reunión, según varios de los presentes, lamentó el retraso en la reforma de Provença y sugirió que la culpa era del área política.
Discrepancias
A preguntas de este diario, un portavoz de la empresa negó rotundamente que Antonio Herce hicera estas afirmaciones en público. Herce mantiene desde antiguo serias discrepancias con el director general de Transportes, Enric Ticó, discrepancias que han llegado a hacerse públicas en alguna ocasión. Ticó es el responsable último del retraso en la ampliación de Provença, según dijo en un consejo de administración.
En septiembre de 1999 la empresa realizó un estudio y ese mes y el siguiente encargó a la empresa Ipsos Ecoconsulting contabilizar el número de personas que utilizan los andenes. En septiembre, el número de usuarios rondaba los 8.000 entre las 8.00 y las 9.00 de la mañana.
El mismo informe incluía una proyección, suponiendo un incremento del 7% anual, que situaba el umbral de la seguridad en poco más de 10.000 usuarios y la fecha límite para alcanzarlos en la primavera de 2002. Un año después de esa fecha considerada límite, las obras no han empezado y Gisa sólo tiene el encargo del proyecto constructivo, que, según la propia empresa, tiene un plazo de ocho meses y será adjudicado en el mes de febrero.
Esto supone que la obra no será adjudicada en ningún caso antes de final de año y que la peligrosidad de los andenes se incrementará al mismo ritmo que aumente el número de usuarios, que ha sido superior al previsto en el informe y ha alcanzado el 8,4% "si se aplican los criterios de validación de billetes", según el propio Antonio Herce.
La seguridad preocupa a la dirección, que ha contratado a personal de vigilancia para separar a los usuarios de la zona de peligro, pero son medidas provisionales y de eficacia dudosa.
El último número de Enllaç, una publicación del sindicato UGT en Ferrocarrils de la Generalitat, alerta sobre el problema y explica que ya ha presentado un escrito a la dirección de la empresa. "Los agentes de estaciones no pueden caminar entre la línea de seguridad y el final del andén", afirma la nota sindical. Y añade que la empresa se ha comprometido a realizar alguna actuación al respecto. El sindicato no parece muy convencido de que las medidas sean efectivas y anuncia que se reserva "las actuaciones que creamos oportunas" si el problema no se resuelve de una forma clara.
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