El lento regreso del aceite de orujo
Un año y medio después de la crisis del benzopireno los productores sólo han recuperado el 40% de los consumidores
El orujo está considerado el segundo mejor aceite del mundo, y el preferido por los cocineros para las frituras. Sin embargo, un año y medio después de que la crisis del benzopireno diera una fuerte sacudida a un sector que da empleo a más de 5.000 personas, los productores se afanan por recuperar un mercado que estaba situado en casi 100.000 toneladas anuales y que hoy apenas llega al 40%. Los orujeros se reunirán esta semana con el Ministerio de Agricultura para exigirle el cumplimiento de los compromisos asumidos en su día, y que pasan por compensaciones económicas y la cofinanciación de nuevas campañas de promoción.
"¿Quién quiere a los extractores de orujo? Está claro que en esta guerra hemos estado solos". El presidente de la Asociación Nacional de Extractores de Orujo, Fernando Muñoz, no oculta su amargura por que el resto del sector oleícola les ha dado "la espalda", a pesar de que el coste de la crisis lo han soportado los orujeros en exclusiva y por la contribución que realizan estas empresas, fundamentalmente desde el punto de vista medioambiental.
En todo el país hay medio centenar de industrias extractoras de orujo. Muchas de ellas se localizan en la provincia de Jaén, que acapara el 40% de la producción nacional. Son pequeñas extractoras, como la industria Espuny, en Castellar, que da empleo a 40 personas durante buena parte del año. Gran parte de las orujeras ha emprendido en solitario demandas judiciales para reclamar indemnizaciones al Ministerio de Sanidad por la Orden de 3 de julio de 2001 que inmovilizó 30.000 toneladas de aceite de orujo porque varios análisis cerificaron que el aceite superaba la concentración permitida de benzopireno, cifrada en dos microgramos por kilo.
El problema de salud se resolvió poco después con ajustes en los procesos de producción. Pero empezó el desbarajuste comercial. Y es que, a pesar de que el Ministerio de Agricultura prometió poco después a los orujeros una línea de créditos blandos por valor de 30 millones de euros, las ayudas quedaron bloqueadas porque Bruselas abrió expediente por entender que vulneraban la libre competencia. De esta forma, la colaboración del Gobierno se limitó a las ayudas para el almacenamiento en los depósitos del Patrimonio Comunal Olivarero de las 30.000 toneladas que no pudieron salir al mercado por superar los índices de benzopireno.
Los orujeros quieren plantear al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que se estudien nuevas fórmulas de ayuda económica, pero también le van a trasladar la necesidad de acometer una segunda campaña de promoción del aceite de orujo. En la primera, aplicada el pasado verano, se gastaron 780.000 euros que cofinanciaron el ministerio, la Junta de Andalucía y el propio sector orujero. Con ser importante, aquella campaña no logró los objetivos marcados. "Estamos en una carrera lenta por recuperar el consumo, pero lo que más nos preocupa es que el aceite se está vendiendo a precios muy bajos que ni siquiera nos sirven para cubrir costes de producción", señala Fernando Muñoz, tras lamentar que incluso las refinadoras estén importando aceite de orujo de Grecia para que el orujo nacional no suba de precio. Aunque buena parte del consumo es interno, también se han resentido las exportaciones de aceite de orujo, principalmente las que tenían como destino los países árabes, que eran unos clientes fieles y a los que ahora se intenta recuperar.
Muñoz reclama el apoyo de todas las administraciones y también la "comprensión" del resto del sector oleícola. Y es que los orujeros aseguran no comprender la "falta de solidaridad" de las cooperativas y organizaciones agrarias, algunas de las cuales ya advirtieron en su día que no estaban dispuestas a asumir los costes de la crisis. La Asociación Nacional de Extractores de Orujo destaca su contribución medioambiental al ser ellos quienes asumen las casi tres toneladas de alperujo -el residuo que queda tras la transformación de la aceituna en aceite- y que hasta no hace muchos años era caldo de cultivo de los vertidos incontrolados a los cauces públicos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.