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El debate en la ONU | AMENAZA DE GUERRA

EE UU recupera la iniciativa y promete fotos que prueban la culpabilidad de Bagdad

Powell presentará el próximo miércoles ante el Consejo de Seguridad nuevas pruebas

ELPAIS.es

El jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, presentará el próximo miércoles, 5 de febrero, en una sesión abierta del Consejo de Seguridad, pruebas supuestamente fehacientes de que Irak dispone de armas de destrucción masiva. La presentación, que se prevé muy gráfica y a la que asistirán varios ministros de Asuntos Exteriores, fue anunciada por el presidente George W. Bush durante su discurso sobre el estado de la Unión. Estados Unidos empieza así su última ofensiva diplomática para conseguir el respaldo de Naciones Unidas a una invasión de Irak.

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EE UU ha retomado la iniciativa en la ONU. En las últimas semanas, Washington se había visto desbordado por las críticas de la comunidad internacional. Al establecer una nueva fecha clave, la del 5 de febrero, acelera el ritmo de unas discusiones que amenazaban con prolongarse indefinidamente.

"La oportunidad diplomática se está terminando", advirtió ayer el embajador estadounidense ante Naciones Unidas, John Negroponte. Washington ha llegado a la conclusión de que la labor de los inspectores de armas nunca les proporcionará munición suficiente para obtener el respaldo de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad. En estos momentos, con el único argumento de la "falta de cooperación" del régimen iraquí con las inspecciones, EE UU no tiene los votos suficientes para obtener un respaldo mayoritario del Consejo.

Con su intervención, Powell espera cambiar las cosas. En los últimos días, el secretario de Estado ha endurecido el tono y atacado abiertamente al régimen iraquí. El 5 de febrero su mensaje será claro: ahora o nunca.

Powell no ha perdonado a Francia que usara la reciente cumbre sobre el terrorismo, el pasado día 20, para liderar, con el apoyo de Alemania, el sector del Consejo que se opone a una intervención militar. Y se ha notado en las formas: sólo los británicos sabían de antemano la fecha de la presentación de las pruebas. EE UU informó al resto de los Quince apenas una hora antes del discurso de Bush.

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La presentación estadounidense se realizará durante una sesión abierta del Consejo de Seguridad, a la que asistirán varios ministros de Exteriores, entre ellos el francés, Dominique de Villepin, y el alemán, Joshka Fischer. Será "muy gráfica", quizá con mapas y fotografías, similar a la que realizó en 1991, poco antes de la anterior guerra del Golfo. "Seguimos discutiendo el formato. No revelaremos todo, queremos proteger nuestras fuentes", informó un diplomático estadounidense.

Powell retomará los argumentos que Bush expuso el martes ante el Consejo asegurando que Irak nunca ha dejado de fabricar armas de destrucción masiva desde 1991. El diario The Wall Street Journal indicaba ayer que Washington podría usar fotos captadas por satélites en las que aparecen tropas iraquíes desplazando materiales sospechosos antes de la visita de los inspectores. El secretario de Estado también debería hablar de las presuntas conexiones entre Sadam Husein y Al Qaeda.

Washington dudó hasta el último momento si presentar las pruebas ante el Consejo. Las otras opciones incluían un discurso de Powell ante el Congreso o en un foro universitario. "Venir a la ONU también obedece a consideraciones internas", indicó una fuente diplomática. Según los últimos sondeos, los estadounidenses apoyarían mayoritariamente una guerra sólo si ésta fuera avalada por Naciones Unidas.

Es poco probable, sin embargo, que EE UU pida una resolución poco después de su presentación. El debate debería seguir hasta el 14 de febrero, fecha en la que los inspectores volverán a declarar ante el Consejo. "Los Quince prefieren obtener sus informes de Unmovic [la agencia de desarme], no de los estadounidenses", dijo una fuente diplomática.

El Consejo sigue muy dividido. Ayer se reunió de nuevo para seguir valorando las conclusiones que el informe del jefe de Unmovic, Hans Blix, y el responsable de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, Mohamed el Baradei, expusieron el pasado lunes tras dos meses de inspecciones. Como resumió el embajador británico, Jeremy Greenstock, "algunos países ven la botella medio vacía, otros la ven medio llena".

El Reino Unido, al igual que Estados Unidos, siguió insistiendo en la falta de cooperación de Bagdad. "El informe de Blix ha cambiado la naturaleza del debate (...). Lo importante ahora es saber si Irak se ha dado cuenta de que el juego ha terminado", dijo Greenstock. En la misma línea pero en un tono mucho más contundente, el representante español, Inocencio Arias, enumeró "20 ocasiones" en las que los iraquíes no han cooperado con los inspectores "y no estamos hablando de temas triviales". Arias aseguró que no creía en la "buena voluntad" del régimen de Sadam Husein que, dijo, "nos está tomando el pelo". España estaría dispuesta a "otorgar más tiempo" a las agencias de desarme, "pero poco".

El jefe de los inspectores de la ONU, Hans Blix, ayer en Nueva York.
El jefe de los inspectores de la ONU, Hans Blix, ayer en Nueva York.AP

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