_
_
_
_

Alemania rebaja al 1% su previsión de crecimiento para este año

El Gobierno plantea facilitar el despido y recortes en el desempleo

El ministro de Economía y Trabajo alemán, Wolfgang Clement, oficializó ayer la revisión a la baja de la previsión oficial de crecimiento para la mayor economía de la zona euro en 2003: Alemania ya sólo crecerá un 1% este ejercicio, y no un 1,5%, como todavía se creía en otoño pasado. Clement planteó la necesidad de flexibilizar el mercado laboral, lo que implica facilitar el despido, recortar las ayudas por desempleo y reformar la negociación colectiva.

Así lo recoge en varios apartados el Informe Económico Anual presentado ayer por Clement, quien prometió profundas reformas de la economía en 2003. "Una guerra constituye un incalculable riesgo para el crecimiento, riesgo que no se puede tener en cuenta en la estimación anual", se lee en el informe, en el que también se alerta sobre la posibilidad de que la esperada reactivación de la economía estadounidense y del comercio internacional no se materialice.

El conflicto bélico podría conllevar "duraderos efectos negativos en los mercados financieros internacionales, en los precios del petróleo y en la confianza de los consumidores e inversores", se formula en otro apartado.

Berlín, por tanto, se cura en salud por si tampoco este año logra alcanzar el crecimiento previsto. En 2002, su economía (que representa cerca del 30% de toda la zona euro) sólo creció un 0,2%, lo que abrió un boquete del 3,7% en las cuentas públicas, siete décimas por encima de lo permitido por el Pacto de Estabilidad.

El 1% anunciado ayer es una estimación optimista, aunque no necesariamente imposible. Si bien hay expertos que apenas estiman un 0,6%, otros analistas son más optimistas acerca de una reactivación a partir del segundo semestre. De ser así, Alemania podría cerrar el ejercicio con un déficit público del 2,85%, ya dentro de lo permitido por Bruselas. Sopesando sus palabras, la Comisión Europea calificó ayer como "acorde a la realidad" esta previsión.

Pero la incertidumbre es grande. ¿Qué hará el Gobierno si, una vez más, la economía sólo crece unas cuantas décimas? ¿Habrá un aumento del IVA, del 16% al 18%, para estabilizar las deficitarias cuentas estatales, tal y como se viene discutiendo en estos días en los corrillos de la capital? Clement evadió ayer responder a esta pregunta, aunque sí dejó claro que una reacción procíclica (aumentar impuestos en momentos en que el crecimiento se contrae o estanca) "no haría más que agudizar los problemas económicos y fiscales".

Reformas

La otra opción -aceptar un déficit público muy alto-, "necesariamente tiene que ser acompañada por reformas estructurales del sistema fiscal", aseguró a renglón seguido el ministro, en conciliadora alusión a los cambios que desde hace años se vienen exigiendo desde la Comisión.

Y no sólo se trata de reformas del sistema fiscal. Lo que Clement confirmó ayer es que el Gobierno rojiverde, al menos sobre el papel, pretende encarar con medidas drásticas "el círculo vicioso entre un crecimiento demasiado débil y, a largo plazo, cada vez menor, y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, que a su vez agudiza la debilidad del crecimiento".

En medio del generalizado nerviosismo, en estos días ya nada es tabú entre los socialdemócratas alemanes: el ministro ayer habló de que se requieren "dos grandes reformas más" para flexibilizar el mercado laboral, incluido facilitar los despidos, recortar las ayudas por desempleo y reformar el sistema de convenios colectivos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_