Uno de cada tres profesores padece depresión, según UGT
El sector de la enseñanza sufre uno de los más altos índices de absentismo laboral
La primera causa de baja entre los profesionales de la enseñanza en Madrid son las denominadas enfermedades psicosociales: estrés, depresión y burnout, conocido como "síndrome del quemado". Uno de cada tres profesores de primaria y secundaria de la enseñanza pública padece alguno de estos trastornos al finalizar el curso, según se refleja en un estudio presentado ayer por UGT.
La creciente conflictividad en las aulas, la desmotivación del alumnado o los altos ratios de estudiantes son algunos de los factores que contribuyen a las elevadas tasas de absentismo laboral en este sector.
Los datos presentados ayer por la Federación de Enseñanza y el área de Salud Laboral de UGT son fruto de un estudio que se llevó a cabo el pasado año entre 20 centros públicos de primaria y secundaria así como en universidades de toda la región. El sindicato cifra en 45.000 los profesores de primaria y secundaria de la red pública y en 15.000 los de la privada.
Cambios en el sector
En el estudio, titulado Las condiciones de salud laboral en el colectivo de trabajadores de la enseñanza de la Comunidad de Madrid, también se recogen los otros riesgos laborales a los que se enfrentan no sólo los profesores del sector público, sino también el personal de administración, los auxiliares de control e información, entre otros.
Según Rafael Yepes, secretario de acción sindical de la Federación de Enseñanza, las bajas por depresión y estrés tienen su origen en los cambios producidos en el sector educativo. "Ahora se le dan a la escuela funciones que antes cumplían la familia y la sociedad. A los profesores se les recomiendan actividades para las que no está preparados y por eso se ven enfrentados a una sensación de desamparo y de que su trabajo no es reconocido", aseguró Yepes.
El problema de los trastornos psicosociales, en opinión de Lucila Sánchez, coordinadora de salud laboral de UGT, es que éstos no están reconocidos como enfermedades profesionales, sino "como enfermedades comunes". "Y hay muchos trabajadores que padecen estos trastornos y no piden la baja" añadió Sánchez.
Los problemas derivados de la voz, (muchos profesores desconocen cómo deben utilizarla cuando están en clase), las lumbalgias y los traumatismos por caídas son los otros riesgos laborales a los que se enfrentan los profesionales de la enseñanza. El estudio también refleja que en sólo un 10% de los centros educativos de la red pública se cumple la normativa sobre prevención de incendios.
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