20.000 'mantas' en España
La piratería callejera baja de un 30% a un 22,9% en seis meses
Fuentes de la industria calculan que había más de 20.000 puestos de venta ilegal (mantas) en España en los días de mayor apogeo de la piratería. Se trata de una red de distribución difícil de batir, si se tiene en cuenta que son cerca de mil las tiendas que venden discos legales en el país.
La incidencia del top manta se ha reducido en los últimos meses, según la SGAE, debido a las cada vez más frecuentes y eficaces actuaciones policiales. Tras alcanzar un índice máximo del 30% en junio de 2002, a finales de año el volumen de discos piratas vendidos suponía el 22,9% del total.
Por lo que se desprende de las intervenciones policiales realizadas (1.094 en 2002, frente a 594 en 2001), la piratería musical en España está manejada por redes mafiosas que fabrican y distribuyen masivamente discos copiados. En la mayoría de los casos, estas redes dependen para su funcionamiento de inmigrantes que venden la mercancia en la calle y cobran unos veinte céntimos por disco vendido. "Estas redes se han ido perfeccionando", explica Juan Palomino, director de reproducción mecánica de la SGAE. "Las mafias se han repartido los puntos de venta de la ciudad. Además, son más difíciles de detener, porque separan sus funciones: en un local duplican discos, en otro los guardan, en otro ponen las carátulas...".
La piratería callejera en España produjo, según la SGAE, cerca de doscientos millones de euros de pérdidas al sector en 2002. El top manta es especialmente significativo en Madrid. En esta comunidad, la piratería supone en torno el 41,7% del volumen de venta legal, según la SGAE.
Se calcula que un millón y medio de españoles compran habitualmente música pirateada, lo que supone un 12,3% del total de compradores de discos. Consumen algo más las mujeres que los hombres, y el 54% de los clientes de la manta tiene entre 15 y 24 años.
Y, ¿por qué España presenta uno de los índices de piratería más altos del mundo occidental? "El buen clima tiene parte de la culpa", explica Palomino. "Y también cierta pasividad por parte de las autoridades y el escaso rechazo social del que es objeto el delito. Por eso es muy importante la labor de concienciación al consumidor final".
Babelia
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