¡Protección!
Soy un madrileño privilegiado por vivir en un chalé-pareado construido en 1952 en una colonia residencial de la zona de Chamartín. Protegido en su totalidad y controlado por la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico Artístico, formada por miembros de la Comunidad y del Ayuntamiento.
Como, con el tiempo, las colonias de chalés no han respetado su encanto arquitectónico proyectado en origen, en el último Plan de Urbanismo de Madrid de 1997 han sido aprobadas unas normas de especial protección para que los propietarios no sigan haciendo lo que les apetezca.
Mi vecino, para construir un sótano autorizado, no presenta el obligado proyecto original afirmando que "no existe". El citado se custodia en una dependencia del Ayuntamiento.
Declarado su chalé en "una hipotética ruina" para demolerlo y hacerse otro nuevo, el Ayuntamiento y la Comisión ya citada, responsables de conceder la licencia solicitada, no deben de comprobar nada y dan por verídica la documentación presentada.
En el momento en que se inició la demolición, surgí en escena, observando que no les hizo ninguna gracia a los implicados. El funcionario responsable reconoció que le habían engañado dándole gato por liebre y el arquitecto sólo sabía que le habían concedido su licencia... "Lavándose ambos las manos", algo incoherente, por lo que inicié mi maratón de denuncias.
Me ha contestado Gerencia Municipal de Urbanismo defendiendo, por una parte, al infractor e indirectamente a sus funcionarios, porque "no se ha cometido ninguna falta grave", dando por buena la licencia concedida.
He puesto recurso de reposición contra el Ayuntamiento y éste ni se ha molestado en contestarme. Me pregunto para qué han sido aprobadas las normas urbanísticas, si hay personas que no las respetan, y por qué el Ayuntamiento no las hace cumplir sabiendo por mí que la licencia es nula de pleno derecho.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.