Una exposición detalla el genial proceso creador de Leonardo da Vinci
El Metropolitan de Nueva York reúne 119 dibujos de otros tres museos
Leonardo da Vinci (1452-1519) dejó un escaso legado de obras terminadas: unos quince cuadros, ninguna escultura y dos frescos. Pero su legado más completo fueron los 4.000 documentos, tratados inacabados, dibujos, esbozos y cuadernos de notas en los que plasmó sus ideas. Una pequeña muestra de estos documentos, con 119 dibujos, puede verse ahora en el Museo Metropolitan de Nueva York, en la exposición Leonardo, maestro del dibujo.
Muchos de estos papeles nunca ven la luz del día. Están preservados en archivos sellados de los distintos museos que han accedido a prestar sus piezas: la biblioteca del castillo de Windsor, El Louvre, la Galería dell'Academia de Venecia, el British Museum, e incluso la Fundación Bill y Melinda Gates propietaria del Codex Leicester, uno de los tratados de ingeniería más completos de Leonardo.
Es la mayor muestra sobre el artista renacentista organizada en EE UU en los últimos años, un intento por profundizar el estudio de sus proyectos. "En el siglo XIX, no interesaba mucho el proceso: cómo exploraba, corregía y se equivocaba", comentó a The New York Times Carmen Bambach, una de las comisarias de la exposición. "Sólo recientemente hemos empezado a analizar el 99% de los esfuerzos y el 1% de genio que constituían el trabajo de artistas del Renacimiento italiano como Leonardo".
Ordenados cronológicamente, los documentos ilustran la evolución del artista: joven aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio, en Florencia, el primero en usar la técnica del sfumato que Leonardo retomaría en sus composicione; artista consagrado en sus 17 años en Milán, a las órdenes de Ludovico Sforza, Il Moro, sabio reverenciado en sus últimos años en Amboise en la corte de Francisco I.
En los dibujos, Leonardo perfecciona su visión tridimensional de las figuras, la delicadeza de sus madonnas, la ingeniosidad de sus inventos y la precisión de sus disecciones anatómicas. La única pintura de la muestra es una obra inacabada, San Jerónimo rezando en la maleza, del Museo Vaticano.
A Leonardo les fascinaba el funcionamiento de las cosas y la mecánica de la naturaleza. Estudió la circulación sanguínea y el funcionamiento del ojo. Realizó descubrimientos en meteorología y geología, reconoció el efecto de la Luna sobre las mareas, anticipó las concepciones modernas sobre la formación de los continentes y conjeturó sobre el origen de las conchas fosilizadas. Inventó máquinas voladoras, que, aunque sin aplicación práctica, establecieron algunos principios de la aerodinámica.
Se describía a sí mismo como un discípulo de la experiencia y nunca salía sin un cuaderno de notas. Autodidacto, no llegó a dominar del todo el latín lo que limitó su acceso a los tratados eruditos de la época. Se concentró en la observación: "El ojo, que a menudo se llama el espejo del alma, es el principal sentido que puede apreciar de forma más completa y abundante la obra infinita de la naturaleza", según Leonardo.
El artista era famoso por dejar encargos a medio hacer. "Este hombre nunca hará nada porque siempre empieza pensando en el final antes de iniciar el trabajo", comentó el papa Leo X, que le pidió un fresco sobre la batalla de Anghiari que no realizó.
Poco se sabe sobre la vida privada de Leonardo. No ha dejado testimonios personales. El único episodio público que se le conoce fue una denuncia por sodomía contra él y otros aprendices del taller del maestro Verrocchio, que luego fue retirada. Estos episodios no eran del todo infrecuentes. Unos años antes, el propio Verrocchio había sido acusado y luego absuelto de matar a pedradas a un obrero.
Freud, en su estudio sobre el artista, aseguró que "un hombre que ha llegado a ese nivel de conocimiento no puede amar u odiar; ha preferido investigar en vez de querer. Por eso sin duda la vida de Leonardo fue más pobre en amor que la de otros hombres y grandes artistas".
Babelia
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