La heredera de Sampedro envía a la ONU el vídeo de la muerte angustiosa del tetrapléjico
Argumenta ante el Comité de Derechos Humanos que el fallecido no murió "dignamente"
Manuela Sanlés, cuñada y heredera de Ramón Sampedro, el tetrapléjico fallecido en 1998 sin lograr que se le reconociera su derecho a una muerte digna, remitió ayer al Comité de Derechos Humanos de la ONU, ante el que prosigue la lucha jurídica de Sampedro en favor de la eutanasia, el vídeo que recoge los angustiosos últimos momentos de su vida, tras ser ayudado a ingerir cianuro de potasio. Sanlés niega con esta prueba lo alegado por el abogado del Estado español en contra de la queja, en el sentido de que Sampedro murió "dignamente, como él quiso".
En respuesta a la queja de Sanlés contra España por vulneración del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, tramitada por el Comité de Derechos Humanos de la ONU desde 2001, el abogado del Estado español alegó en enero de 2002, en contra de la queja, entre otros argumentos, que carecía de sentido reclamar el "derecho a morir dignamente" en nombre de Sampedro, "fallecido conforme a los deseos que en vida manifestó".
En representación de Sanlés, el abogado experto en instancias internacionales de derechos humanos José Luis Mazón remitió ayer al Comité de la ONU "el vídeo que Ramón Sampedro ordenó grabar filmando los últimos momentos de su vida, en el que también incluye su último mensaje". El vídeo, de más de una hora de duración, muestra la agonía angustiosa de Sampedro, tras habérsele negado ayuda médica para morir dignamente.
El vídeo, grabado en la madrugada del 12 de enero de 1998, se inicia con una cruda escena de la vida cotidiana vejatoria del tetrapléjico, que recoge la higiene íntima del enfermo y el lavado de tronco, brazos, cabeza y piernas. Las imágenes muestran la dependencia de la sonda urinaria.
Último mensaje
A continuación de esas imágenes, Sampedro emite su último mensaje, dirigido a los "señores Jueces, Autoridades Políticas y Religiosas", a quienes pregunta: "¿Qué significa para ustedes la dignidad?" La respuesta de Sampedro es que "¡esto no es vivir dignamente!" y razona así: "Pienso que vivir es un derecho, no una obligación. Sin embargo, he sido obligado a soportar esta penosa situación durante 29 años, cuatro meses y algunos días. ¡Me niego a continuar haciéndolo por más tiempo!"
Sampedro recordaba: "Van a cumplirse cinco años que -en mi demanda judicial- les hice la siguiente pregunta: ¿debe ser castigada la persona que ayude en mi eutanasia? Según la Constitución española -y sin ser un experto en temas jurídicos- rotundamente NO. Pero el Tribunal competente -es decir, el Constitucional- se niega a responder. Los políticos -legisladores- responden indirectamente haciendo una chapuza jurídica en la reforma del Código Penal. Y los religiosos dan gracias a Dios porque así sea. Esto no es autoridad ética o moral. Esto es chulería política, paternalismo intolerante y fanatismo religioso".
Tras insistir en su frustrado deseo de que sus actos no tuvieran "consecuencias penales para nadie" y criticar la "desidia" de la justicia, Sampedro anunció su voluntad de morir para librarse de la "humillante esclavitud" de la tetrapeljia y la "deformidad, atrofia e insensibilidad de vuestras conciencias".
Producto raticida
El vídeo concluye con las imágenes de Sampedro bebiendo agua con cianuro de potasio y la angustiosa agonía del tetrapléjico durante unos 20 minutos. El letrado Mazón, en contra de lo alegado por el abogado del Estado español, observa que "Sampedro no pudo morir como él quería", sino mediante "un recurso a la desesperada, utilizando un producto comúnmente usado como raticida".
Las observaciones remitidas ayer, junto al vídeo, al Comité de Derechos Humanos de la ONU, ponen de manifiesto que Sampedro, con "un elevado apego a la vida humana en condiciones dignas", quiso que se conociera su estado degradado.
Parte del vídeo, del que se excluyeron los instantes finales de la muerte del tetrapléjico y la despedida en gallego de sus familiares, fue difundida el 5 de marzo de 1998 por Antena 3, lo cual originó una investigación judicial sin consecuencias.
La utilización del vídeo como prueba ante la ONU trata ahora de reforzar la tesis de que la situación extrema soportada por Sampedro exige reconocer el derecho a morir dignamente,implícito en varios preceptos del Pacto, como el respeto a la vida privada y la no discriminación del incapacitado ante el suicidio.
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