El parque científico de Paterna arrastra un déficit en reconstrucción de 3 millones

Un año después de que una intensa tromba de agua arrasara en la madrugada del 20 de septiembre buena parte parte de las instalaciones científicas, laboratorios, colecciones y material puntero de investigación en el Campus de Burjassot, la Universitat de València ha logrado levantar en "un tiempo récord" dos nuevos edificios de más de 5.000 metros cuadrados de superficie útil totalmente equipados -que albergan el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, el Instituto de Ciencias de los Materiales y el Instituto de Robótica-, cuya reconstrucción y equipamiento ha supuesto una inversión total de 25 millones de euros, de los que 3,5, procedentes de la Generalitat, aún no se han hecho efectivos.

La inauguración oficial prevista para el próximo viernes -con la presencia anunciada del ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué- no ha logrado, en vista del retraso en las ayudas valencianas comprometidas, sobreponerse a las inercias administrativas. La puesta de largo del complejo que conforma el embrión de lo que será el esperado parque científico de la Universitat se estrenará, así, con un déficit contable de 3,5 millones de euros, que la institución ha tenido que reprogramar, descontándolo de otras partidas, ya de por sí ajustadas.

Pese a que el rector Francisco Tomás trató ayer, en conferencia de prensa tras el Consejo de Gobierno, de quitar hierro al retraso asegurando que tiene "el convencimiento de que la Generalitat nos ayudará", la realidad es que las ayudas por valor de 21,5 millones de euros procedentes del Gobierno central y del Consorcio de Aseguradoras han recorrido un trayecto más directo, que las regionales.

Por una parte, mediante dos resoluciones dictadas por el Ministerio de Ciencia y Tecnología para financiar las infraestructuras científicas afectadas a través del programa de ayudas europeas de fondos Feder. Así, la primera convocatoria para financiar las nuevas construcciones se hizo efectiva el 3 de abril de 2002, sólo cuatro meses después de que la Universitat enviara toda la documentación al ministerio; mientras que la segunda, para reponer el equipamiento científico y material de laboratorio, se cerró en septiembre de ese año. Simultáneamente, el Consorcio de Aseguradoras agilizó la valoración y cuantificación de unas pérdidas díficiles de evaluar, muchas de ellas "intangibles", en palabras del rector, al tratarse de colecciones científicas y del trabajo mismo de investigación, imposible, por tanto, de recuperar.

Con todo, tanto el rector Tomás, como el vicerrector de Planificación e Infraestructuras, Aurelio Beltrán, insistieron ayer en que las ayudas valencianas "están garantizadas". Ambos sugirieron que el cambio en el organigrama del Gobierno valenciano, que afectó de manera directa a las competencias del "interlocutor" de la Universitat para este asunto -esto es, la Oficina de Ciencia y Tecnología [que en el momento de las inundaciones dependía de la Consejería de Industria y Obras Públicas y después se transfirió de nuevo a Presidencia]- podrían justifican en parte, aunque sólo en parte, el retraso en la ayudas valencianas.

Ambos insistieron en que "lo que importa en esta fiesta (en alusión al estreno oficial del viernes) es la capacidad de respuesta que ha tenido la institución académica". El resultado, en palabras del rector: "Hemos recuperado con dignidad unos centros de alta calidad dentro del panorama nacional y europeo".