"Pérdida total de credibilidad"

El director de Farmacia de Baleares, Joan Lluis Serra, afirma: "O regulamos la visita y toda la promoción de medicamentos o el sistema camina hacia la pérdida total de credibilidad". Como ejemplo, Serra señala la existencia de ensayos clínicos que sólo se hacen para promocionar un medicamento y alude a un reciente artículo de The Lancet. En él, un equipo español denunciaba que el 44% de los artículos de las revistas científicas emite un mensaje sobre el fármaco a partir de referencias bibliográficas mal usadas. El subsecretario de Sanidad, Pablo Vázquez, asegura que los ensayos clínicos, los congresos y las publicaciones científicas "son otro campo que hay que regular".

Los visitadores médicos, además de promocionar e informar sobre sus medicamentos, ofrecen a menudo regalos y viajes a los médicos, como confirma el presidente de Atimef, Francisco Orduña, y varios visitadores consultados. Farmaindustria aprobó en julio un Código de Buenas Prácticas que impone un límite de 19 euros para los regalos a los médicos y que prohíbe pagar viajes a congresos a sus acompañantes. Desde julio ha recibido 16 denuncias y ha impuesto dos sanciones. Estas medidas están ya en la Ley del Medicamento de 1990 y ampliadas en un real decreto de 1994.

El director del Instituto de Bioética de Zaragoza y autor de varios trabajos sobre la visitas, Rogelio Altisent, afirma que el código se diseñó para cuestiones de publicidad y competencia desleal entre empresas, no para los regalos. Altisent afirma que algunos laboratorios preferirían no primar a los médicos, pero que si uno lo hiciera fracasaría porque sería el único.

Así, ni la ley ni el código se cumplen. Un visitador afirma: "Muchos médicos se han acostumbrado a los regalos. Ellos los piden y los laboratorios los dan, aunque es cierto que también les pagan la inscripción a congresos internacionales al que no podrían ir con su sueldo".

Altisent señala que la Administración ha consentido esto durante años como una compensación por los bajos sueldos públicos. Mientras los presidentes de los colegios defienden la honradez de los médicos, Altisent, también médico, reflexiona sobre los regalos: "El que recibe un libro no queda obligado a nada, el que recibe un ordenador, sí". Orduña matiza la finalidad de los regalos. "No se busca que el médico recete una pomada para los callos en caso de infección. El laboratorio quiere que si el paciente necesita un antibiótico, el médico recete su antibiótico".