_
_
_
_

Los inmigrantes temporeros respaldan a Úbeda y Baeza ante la Unesco

Ginés Donaire

Las decenas de inmigrantes temporeros que pululan sin rumbo fijo por la comarca jiennense de La Loma han agradecido la solidaridad recibida de los ayuntamientos de Úbeda y Baeza de la mejor manera posible: remitiendo a la Unesco un manifiesto de apoyo a la candidatura de las dos ciudades renacentistas como Patrimonio de la Humanidad. Inmigrantes de Marruecos, Argelia, Malí, Guinea, Sierra Leona, Nigeria, Bulgaria, Rumania o Ucrania han rubricado un escrito multiétnico lleno de generosidad.

Los inmigrantes agradecen de esta manera la decisión de los responsables municipales de las dos localidades de abrir a principios de la semana pasada el polideportivo municipal, en el caso de Úbeda, y un piso, en el caso de Baeza, para alojar a los trabajadores extranjeros a los que la ola de frío había sorprendido durmiendo a la intemperie, refugiados en naves abandonadas, cocheras o incluso debajo de los puentes, como han denunciado los sindicatos. Fue un gesto humanitario que intentó ir más allá del dispositivo municipal establecido en ambas localidades, con los albergues al tope de su capacidad y limitando su estancia a cinco días como máximo.

Sin embargo, desde el Sindicato de Obreros del Campo y la central sindical CGT se ha advertido de que esta noble causa no puede pasar por alto otras responsabilidades, en concreto las de los empresarios.

Sin trabajo para todos

Julio Ortega y Jacinto Ceacero, del SOC y la CGT, respectivamente, aseguran tener constancia de que hay olivareros que tienen trabajando a inmigrantes que duermen en el polideportivo, en el albergue o en chabolas sin asumir en ningún momento su responsabilidad de atenderlos.

En otros muchos casos, se trata de inmigrantes que no han encontrado trabajo durante la recolección de aceituna, bien sea por su situación de indocumentado o bien porque en esta campaña (donde la producción se va a reducir en más de la mitad) no va a haber trabajo para todos.

Precisamente unos 200 inmigrantes sin trabajo llevan semanas ofreciéndose, sin éxito, al Gobierno para limpiar chapapote en las costas gallegas a cambio de comida, techo y su regularización en España.

Algo más de un centenar de afectados participaron la semana pasada en una marcha solidaria entre Baeza y Úbeda donde intentaban llamar la atención de los responsables públicos sobre su situación de desamparo.

Mientras Úbeda y Baeza esperan impacientes la cumbre de la Unesco del próximo verano en China donde, salvo sorpresas de última hora, obtengan el tan anhelado título de Patrimonio de la Humanidad, decenas de inmigrantes reclaman también un poco de humanidad y que el gesto de los dos ayuntamientos no sea sólo algo testimonial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_