Navarra, el 'laboratorio' del bienestar
En Navarra, un gran pacto político, respetado a lo largo de décadas por los principales partidos, ha permitido dedicar ingentes cuantías presupuestarias a reforzar la asistencial social a los más desfavorecidos y ampliar la atención a mayores y la integración de disminuidos psíquicos y físicos, inmigrantes, menores con problemas, mujeres trabajadoras o familias.
La comunidad foral, plaza fuerte del carlismo en tiempos históricos y actualmente del Opus Dei, se ha convertido, sin embargo, en un perfecto laboratorio de pruebas para la implantación de los ambiciosos programas que demandan las nuevas exigencias del bienestar en este nuevo siglo.
Su reducida dimensión geográfica (10.000 kilómetros cuadrados, en los que se da una gran variedad de paisajes) y poblacional (570.000 habitantes) y su sistema fiscal de recaudación propia de tributos, basado en el convenio económico que quinquenalmente pacta con el Estado, la convierten en una de las comunidades punteras de España en cuanto a parámetros de asistencia social y calidad sanitaria y educativa. De cada euro, 54,5 céntimos se destinan a educación, salud y bienestar social. Durante las décadas de los sesenta y setenta, época en la que también disfrutaba de una cierta autonomía por su carácter foral, se notaba una gran diferencia entre la calidad de sus carreteras y las del resto del país.
Un sondeo realizado por el Parlamento foral indica que un 73% de los encuestados calificó de "buena" o "muy buena" la calidad asistencial pública
La Comunidad Foral de Navarra es una de las autonomías punteras en cuanto a parámetros de asistencia social y calidad sanitaria y educativa
"Conocemos perfectamente qué población tenemos y qué necesidades tiene esa población. Hacemos que los sectores afectados participen en el desarrollo de los programas y garantizamos que todos ellos dispongan de los recursos económico-presupuestarios suficientes para llevarse a cabo. Ésa es una de las bases del éxito de marco de protección social que la Administración foral de Navarra ha impulsado en las últimas décadas", señala José Luis Alli, director general de Bienestar Social, Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra, un gabinete en manos, desde 1996, del regionalista Unión del Pueblo Navarro, fusionado con el PP.
El lema foral
Buenas carreteras, buena educación y buena salud. Ésos han sido, tradicionalmente, los tres ingredientes de la calidad de vida de los navarros que se han barajado fuera del pequeño territorio foral, que cuenta con un presupuesto público de 2.651 millones de euros y acaba de pactar con el Gobierno central los términos de la aportación económica al Estado para el periodo 2000-2004, un acuerdo que supondrá el pago de 401 millones de euros anuales por los servicios no transferidos (Defensa, Asuntos Exteriores, Casa Real o Fuerzas de Seguridad del Estado), sin que se haya tocado el índice del 1,6 de aportación foral a la economía española, sobre el que se basan todos los cálculos de las relaciones económicas Navarra-Estado.
Pero ¿es realmente buena la calidad asistencial? La sociedad navarra opina que sí. Un sondeo realizado por el Parlamento de Navarra en noviembre de 2002 resaltó los altos índices de autosatisfacción global de la ciudadanía: el 76,3% de los encuestados calificó de "buena" o "muy buena" la calidad asistencial pública.
Los homosexuales tienen reconocido el derecho legal de adopción, y las parejas de hecho, una ley que les respalda. La asistencia sanitaria es universal, se paga una renta básica incluso a inmigrantes no regularizados, se ha legislado el llamado testamento vital, rige la libre apertura de farmacias, la escolarización infantil alcanza al 100% de la población, la atención bucodental es gratuita hasta los 15 años de edad y los mayores de 65 años tienen altísimos índices de cobertura en atención a domicilio (4,75%), servicio telefónico de teleasistencia (4,15%), plazas geriátricas (4,47%) y gasto presupuestario público (1,96%, equivalente al 0,47% del PIB navarro).
En el terreno de la asistencia farmacéutica, Navarra dispone de la única ley autonómica española que liberalizó el sector, permitiendo la libre apertura de nuevas boticas según dos criterios básicos: una oficina por cada 700 vecinos y una distancia mínima de 150 metros con respecto a la más próxima.
Con 1.444 pacientes por médico de cabecera y 902 niños por pediatra en los 53 centros de salud y 210 consultorios existentes, el Ejecutivo foral implantó en 2002 la libre elección de médico especialista en 14 especialidades diferentes. Los usuarios del Servicio Navarro de Salud (SNS) pueden elegir reguladamente a su médico de cabecera, su pediatra y su ginecólogo (de entre los profesionales de los 14 centros de atención a la mujer existentes en la región), y en breve fecha podrán elegir también al profesional que deseen que les atienda en las áreas de salud mental. Sobra recordar que Navarra fue comunidad pionera en el programa global de detección precoz del cáncer de mama, que ha salvado varios cientos de vidas de mujeres navarras, y que la mayoría de la población inmigrante dispone de su tarjeta individual sanitaria (TIS).
El número de camas hospitalarias públicas por habitante es de 1.396 (2,51 por cada 1.000 habitantes), a las que se añade otro millar de camas en la medicina privada, en muchos casos concertadas con el sistema público.
Existen tres universidades distintas, con más de 30.000 plazas de estudios, y avanza la implantación global de la red pública de 0 a 3 años. La escolarización infantil es absoluta, incluso entre los hijos de trabajadores inmigrantes (99% entre los 6 y los 15 años). Los menores de hasta 15 años tienen garantizada su asistencia bucodental básica anual y gratuita en las consultas de un centenar de odontólogos. Varios decretos forales garantizan al paciente una lista de espera quirúrgica máxima de 180 días. Si llegada esa fecha no se opera al enfermo, éste tiene el derecho legal de acudir a un centro privado y repercutir todos los gastos al SNS. La lista de espera máxima para las consultas es de cuatro meses, con un modus operandi idéntico al anterior.
El cuadro de asistencia sanitaria se completa con un 100% de cobertura epidural en los partos, la financiación de hasta tres intentos a las parejas que requieren la ayuda de técnicas de reproducción asistida, la regulación del consentimiento informado en los ingresos hospitalarios y la gestión informatizada de más del 70% de los historiales clínicos de los pacientes.
Y si de mayores se trata (constituyen ya un 20% del censo), las cifras cantan. Navarra es la única comunidad que, además de la atención directa, tiene establecida la modalidad de ayuda económica para atención domiciliaria, con una cobertura que alcanza ya al 4,64% de la población mayor de 65 años. Las ayudas para rehabilitar sus viviendas pueden llegar al 40% del coste total, y en los baremos de acceso a una VPO puntúa especialmente la Tercera Edad. Hay ayudas técnicas para movilidad, adaptación de viviendas, prótesis, gafas... y una destacada red de centros sociales (36 clubes) y de jubilados (120) con múltiples programas de ocio (termalismo, viajes).
Más hijos, más empleo femenino, más pensión
CON UNA DE LAS TASAS DE NATALIDAD más bajas de Europa y un paro fundamentalmente femenino, el Parlamento navarro abordará en febrero un proyecto de reforma fiscal que establece nuevos conceptos de ayuda para facilitar la natalidad y el acceso de la mujer al trabajo.
En concreto se plantea la deducción en la base imponible del IRPF familiar de hasta 1.200 euros anuales por la custodia de cada hijo menor de tres años.
El proyecto crea también una nueva subvención por maternidad para las madres trabajadoras. Consistirá en la deducción en la cuota del impuesto de otros 1.200 euros por cada hijo menor de tres años, abonable en pagas mensuales de 100 euros.
Mejorar la atención pública a las familias numerosas es otro de los planteamientos, por ello se elevará al 30% la deducción fiscal por inversión en la vivienda habitual para familias numerosas (tres o más hijos, o dos si uno de ellos es discapacitado), en una reforma que pretende implantar las tarifas máxima y mínima más bajas de España en el impuesto sobre la renta: 14% y 44%.
La misma Cámara legislativa tiene planteada otra interesante batalla por el bienestar: la de las viudas y viudos.
UPN apuesta por deducir en la cuota 720 euros para las viudas con pensión mínima (26.000 personas en Navarra, que cobran 368 euros de media), al objeto de dignificar sus bajas pensiones. Toda la oposición exige, por el contrario, la equiparación plena de las pensiones mínimas al SMI. En otras palabras, pagar 440 euros mensuales. El Gobierno presidido por Miguel Sanz augura un recurso del PP al Tribunal Constitucional. Los demás están dispuestos a aceptar el envite judicial.
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