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Reportaje:HISTORIAS DEL COMER

El precio del festín

Estamos en puertas de la gran fiesta donostiarra. Desde hace meses resuenan por toda la ciudad los tambores y barriles en los ensayos de las innumerables tamborradas que tendrán su breve, pero intensa, eclosión durante 24 horas, largas sobre todo para algunos, tamborreros o amantes de la jarana. Es ésta una fiesta indisolublemente ligada al festín. La cena de la víspera de San Sebastián es para los donostiarras el último día de las fiestas navideñas y el preámbulo de Carnaval. Por ello, esa noche se permiten unos gastos que hacen más difícil aún la cuesta de enero en sus últimos repechos.

Y hablando de derroches, un elemento emblemático de dicha cena han sido las angulas. Hoy en día, por su estratosférico precio, han sido suplidas en la mayoría de los menús de sociedades y restaurantes por otras gollerías marinas: ostras, almejas, vieiras e incluso cigalas o bogavantes, que aunque costosos resultan de calidad y con precios mucho más razonables.

Es muy curioso observar los precios de antiguos menús de esta fiesta en los que figuraban las angulas. En el lejano 1925, el Restaurante Gran Hotel Central ofrecía: entremeses variados, huevos escalfados Gaztelupe, dorada en salsa tártara, las consabidas angulas de Aguinaga, pollos de Bayona a la Villeroy, guisantes a la inglesa, tournedós a la bordelesa, patatas Anita, helado Puerto Rico, pastas, turrones y cestitas de frutas. Todo ello regado con buenos caldos y por ocho pesetas el cubierto. En esas fechas se podían leer anuncios por palabras en los periódicos locales como éste: "Falta cocinera por 100 pesetas al mes". Es decir, que esos menus costaban el 8% del salario mensual de un trabajador de la época. Extrapolando, cada menú costaría actualmente en torno a los 75 euros. Francamente caro. Como desorbitadas de precio resultaban entonces las ostras (la angula era más abundante y menos apreciada). Una crónica local donostiarra del mismo 1925 rezaba: "Ostras legítimas de Maronnes extra verdes a 7 pesetas la docena". Lo que hoy vendría a suponer casi seis euros cada molusco.

Más cercano en el tiempo: un restaurante muy popular en el barrio de Gros, el ya desaparecido Hidalgo, donde tantos años ofició Silvi Hidalgo y en el que su hijo, el chef Juan Mari Humada, se forjó como cocinero, ofrecía en 1962 un menú que rezaba así: "Gran cena y baile de la víspera de San Sebastián. Crema de marisco, angulas, ternera de Castilla, panaché de verduras, tarta helada, vino Riscal, moka, licores y champagne [sic] Codorniu. Precio 360 pesetas". ¿Barato o caro? Saquen del fondo de los cajones sus vetustas nóminas y comparen.

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