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Entrevista:SERGIO CASTELLITTO | Actor

"La sonrisa de mi madre' no es anticatólica, critica la hipocresía de la sociedad"

Nacido en Roma, el 18 de agosto de 1955, Sergio Castellitto es uno de los actores más representativos de una generación del cine italiano colocada entre la tradición del gran cine y la renovación iniciada en los años ochenta. Con un importante bagaje teatral a las espaldas, Castellitto ha triunfado en Italia como protagonista de series de televisión de enorme éxito en los años noventa, y en importantes papeles cinematográficos. Ha dirigido un puñado de filmes, además de actuar a las órdenes de algunos de los grandes maestros italianos y franceses como Marco Ferreri, Ettore Scola o Jacques Rivette. En su última película, La sonrisa de mi madre, que hoy se estrena en España, dirigida por Marco Bellocchio, interpreta a un artista ateo, abiertamente hostil al proyecto familiar de canonizar a su madre. Castellitto rechaza, sin embargo, que la película, que provocó en Italia una fuerte protesta, sea anticatólica. "No critica la religión, sino la hipocresía de nuestra sociedad", explica el actor. Por su protagonismo en esta película y en la alemana Deliciosa Martha, Castellitto consiguió el premio al mejor actor europeo el pasado mes de diciembre en Roma.

"La película ha sido muy apreciada por una parte de la crítica católica"
"Mi manera de ver la política es muy privada, como ciudadano"

Pregunta. Los distribuidores presentan su última película, La hora de religión, en España con el segundo título, La sonrisa de mi madre. ¿Es para evitar distanciar el filme de la polémica que suscitó en Italia su supuesto trasfondo antirreligioso?

Respuesta. No, no lo creo. Porque es el mismo título que se eligió para su difusión en Francia. Según los distribuidores franceses, La hora de religión no significaba nada en ese país, mientras que para nosotros, italianos, es una cosa muy ligada a la enseñanza escolar, es una forma de hablar. Se dice la hora de matemáticas, la hora de italiano, la hora de religión. Está en nuestro lenguaje, no sé si la cosa es igual en España.

P. Bastante parecida.

R. En cualquier caso, no creo que sea un intento de esconder uno de los temas principales del filme. Aparte de que La sonrisa de mi madre ha sido siempre el título internacional, por decirlo así, de la película, aparte de que se usa también como segundo título en la versión italiana.

P. Pero en Italia ha provocado una gran polémica.

R. Sí, ha sido un filme polémico pero ha gustado mucho. Ha tenido mucho éxito de público y de crítica, aunque una parte de la crítica lo ha atacado mucho. En mi opinión, la película aborda, desde luego, el tema de la religión, pero es sobre todo una película sobre la sociedad civil, sobre la hipocresía que existe incluso en las relaciones personales, familiares, que pueden darse en una sociedad como la nuestra. La religión viene a ser una provocación en cierta medida, y es cierto también que la película es al mismo tiempo una de las más espirituales que yo he interpretado, porque el personaje recorre un camino existencial muy importante a lo largo del mismo. Por eso, creo que al final la película ha sido muy apreciada por una parte de la crítica católica que ha visto en primer lugar una honestidad enorme, y luego el filme toma una posición determinada.

P. La película tiene una parte muy original, en la que se muestran al espectador algunas interioridades desconocidas para la gente normal de estos procesos de canonización de la Iglesia católica.

R. Sí. Y sobre todo el hecho de que esa madre que va a ser beatificada para el protagonista no ha sido una madre muy afectuosa, sino todo lo contrario. Por eso, cuando su familia -de la que se ha alejado ya- le cuenta que tiene la intención de apoyar ese proceso, reacciona con tanto desconcierto. La historia sirve de pretexto para que este hombre pase revista a toda su vida, a todas las cuentas pendientes que no son sólo religiosas, porque está separado y tiene un hijo. Y llega a la conclusión de que lo más importante es salvaguardar la libertad de su hijo.

P. En La sonrisa de mi madre usted es un artista completamente ateo, una contraposición al padre Pío, el santo más famoso de Italia, que también ha interpretado en una serie de televisión.

R. Sí, son cosas de la profesión. Soy actor y es un privilegio tener acceso a personajes tan diversos, casi opuestos entre sí. Interpretar al padre Pío ha sido formidable porque me ha permitido trabajar la esencia de la espiritualidad, casi del misticismo.

P. ¿Le ha cambiado el padre Pío?

R. Todos los personajes te cambian en una u otra medida porque después de interpretarlos se sedimentan en tu memoria. Y no me refiero sólo a la faceta de actor, te cambian humanamente. Padre Pío me ha aportado mucho, pero también este personaje del filme de Bellocchio, que es todo lo contrario, porque se profesa ateo. Aunque es un artista y yo, la verdad, no sé hasta qué punto un artista puede ser ateo de verdad. Un artista trabaja con una materia que no conoce, por eso los artistas que se declaran ateos me asustan un poco.

P. El mes pasado recibió lo que se denomina ya "el Oscar europeo", aquí en Roma, precisamente por su interpretación de Ernesto.

R. Sí, ha sido una enorme satisfacción, porque el premio ha cerrado un año muy importante. Y me ha gustado que me lo dieran por esta película.

P. Usted, que procede del teatro, ha trabajado con muchísimos directores de cine importantes, Ferreri, Tornatore, Scola, Rivette. ¿Hay algún director que le falte en esta lista? Quiero decir, ¿alguno con el que tenga especiales deseos de trabajar?

R. La verdad es que yo no me construyo ningún propósito. Tener un objetivo de este tipo puede ser causa de grandes frustraciones. Soy muy fatalista y muy optimista. Creo en los encuentros, creo que quien te busca es porque siente que tiene necesidad de ti para redondear su película. Por eso no me he entregado nunca a sueños de este tipo. Me gusta trabajar con grandes maestros, pero también con directores de mi generación e incluso con debutantes.

P. Además de interpretar ha probado también a dirigir.

R. Sí, estoy preparando precisamente un proyecto de dirección. Será una película basada en un libro de Margaret Mazzantini , Non ti muovere, que ha tenido mucho éxito en Italia y que creo va a ser traducido al español ahora.

P. Hay un tema que surge siempre cuando se habla con directores o actores europeos, y es la necesidad de fortalecer los vínculos, de crear un cine europeo.

R. Es la esperanza para todos nosotros. Pero creo que habría que planteárselo no sólo en términos de coproducción, sino de historias que se refieren a toda una cinematografía, a la francesa, a la italiana, a la española.

P. ¿Cuál es la posición de Sergio Castellitto, respecto a tantos intelectuales y cineastas que se han lanzado a la política en Italia?

R. Mi trabajo pertenece en cierto modo a la esfera social, pero mi manera de ver la política es muy privada, como ciudadano. Aunque si elijo hacer una película en lugar de otra es porque creo que tiene una cualidad, una importancia, que no tiene la otra. Ésta es mi forma de hacer política.

Sergio Castellitto.
Sergio Castellitto.ASSOCIATED PRESS

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