Rajoy promete aprobar este mes el Plan Especial para Galicia

Mariano Rajoy, coordinador de la crisis del Prestige y vicepresidente del Gobierno, hizo ayer en Barcelona un primer ensayo de lo que puede ser su intervención el próximo sábado en la Convención Nacional del PP, el minicongreso que celebrará este partido por vez primera y que, con la excepción de la intervención del vicepresidente, se dedicará exclusivamente a poner en marcha la precampaña para las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo.

Rajoy tiene el encargo de exponer ante la Convención de su partido los argumentos que transformen el Nunca Máis contra el Gobierno en un Más que nunca con Galicia. Para ello, según se comprometió ayer, el Ejecutivo aprobará antes de que acabe el mes un "Plan Especial para resarcir a las personas y a los territorios". Ese Plan Especial, en principio, incluirá la construcción de un puerto de refugio, probablemente en A Coruña, la aceleración de las inversiones en infraestructuras de carreteras y tren de alta velocidad en Galicia, y un plan de apoyo a la creación de empresas y empleo en las zonas afectadas. Todo ello fue reclamado por el presidente de honor del PP, Manuel Fraga, ante la plana mayor de su partido en una reunión especial convocada en navidades por el presidente José María Aznar para hablar del Prestige. Fue allí donde arrancó la catarata de anuncios de medidas legales contra el terrorismo y la delincuencia.

Fallos y aciertos

Rajoy calificó la catástrofe del Prestige de "desgracia" y, una vez más, admitió que "es verdad que algunas cosas se podrían haber hecho mejor", sin especificar cuáles. A renglón seguido se jactó de que también "es verdad que se han hecho muchas cosas bien". E invitó a los franceses, si tienen "la desgracia" de que les llegue la marea negra, a "tomar nota".

El resumen de la actuación del Ejecutivo en esta crisis es que han "hecho todo lo posible, y en unas circunstancias muy difíciles". Enfrente, otra vez, Rajoy colocó a la oposición, que "sólo ha visto el Prestige para triturar al Gobierno". Su conclusión, ya defendida por Aznar, es que "ni lo han conseguido ni lo harán en el futuro".

Haciendo profesión de gallego, subrayó que "en Galicia hay muchas buenas gentes a las que no les ha gustado nada lo que han visto". No detalló si es lo que han visto hacer al Gobierno o a la oposición, pero continuó así su argumento: "Al final la valoración la pondrán los ciudadanos. Su criterio y su justa opinión va a ser positiva para el Gobierno y para el PP porque aquí muchos se han retratado".