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Reportaje:Apuntes

Con los años contados

La situación de 5.000 alumnos de la Universitat pone de actualidad la norma de permanencia

La normativa de permanencia universitaria recuerda a los alumnos que el tiempo de estancia en la institución es oro. El articulado en su conjunto regula dos puntos: el plazo máximo en que se puede cursar una carrera y el tope de convocatorias por asignatura, aspectos que los alumnos miran especialmente ahora, con la llegada de los primeros exámenes cuatrimestrales.

Evitar el fracaso supone una finalidad de las universidades porque el 80% de los gastos de matrícula en estas instituciones públicas proceden de inversiones de la Administración. Así, el Plan Plurianual de Financiación (PPF) de las universidades valencianas para 1999-2003 considera una buena ratio de alumnos aprobados como uno más de los objetivos financiables por el que las universidades se disputan el 10% del presupuesto global.

El Consejo Social de cada universidad se encarga de determinar la normativa, cuya laxitud o dureza varía por universidades. Este órgano está compuesto en sus dos quintas partes por representantes de la universidad, y el resto por vocales sociales: asociaciones empresariales, sindicales, Cortes Valencianas y Diputación. Este año alrededor de 5.000 estudiantes de la Universitat de València comienzan a notar los efectos de la normativa elaborada en julio de 2000. La actual normativa penaliza con la expulsión a los estudiantes que en el tercer año de matrícula no hayan superado todas las troncales y obligatorias de primer curso. Los estudiantes afectados por esta normativa dispondrán de dos convocatorias.

Desde la Universitat se advierte que durante estos años se incluían en el sobre de matrícula los cambios en la normativa. También se informaba a los alumnos de primer año a través de las reuniones de principio de curso, y en las guías que distribuye la universidad. Además, la institución ha enviado una carta a todos los afectados alertándoles de la situación. Algunos estudiantes afectados reconocen haberse desayunado este curso con la noticia, al enterarse a través de comentarios en la universidad, y lo han confirmado al recibir las misivas. Además, la normativa recoge que el estudiante debe superar todas las troncales y obligatorias de los tres primeros cursos en un máximo de seis años de matrícula, y de cuatro convocatorias por asignatura. En ambos casos se contemplan dos convocatorias extraordinarias.

Por otra parte, la Universidad Politécnica de Valencia acaba de aprobar una nueva normativa de permanencia, convirtiéndose en la primera institución valenciana que la adapta a las exigencias de la Ley Orgánica de Universidades (LOU).

"Esta normativa de permanencia tiene sus pegas", reconoce el vicerrector de Estudios y Organización Académica de la Universitat, Javier Escribá, "sobre todo para los alumnos que estudian y trabajan", pero se modificó "para que el estudiante no llegara a quinto con asignaturas de primero". A los estudiantes afectados se les ha remitido una carta informándoles que tienen dos convocatorias. "Hay 4.300 estudiantes que están matriculados en tercer año con asignaturas de primero, y 700 que han rebasado el máximo de cuatro convocatorias". El segundo frente son los departamentos, a los que se ha enviado un informe con los módulos que más suspensos registran. "Quizá el alto número de suspensos o de no presentados se deba a que la asignatura debería cursarse en tercero y no en primer curso". Según el vicerrector, el colectivo más perjudicado se halla en las diplomaturas de Relaciones Laborales y de Ciencias Empresariales. Al Consejo Social se enviará un informe sobre los efectos generados.

El delegado de estudiantes de la Universitat, Joan Enric Úbeda, lanza un mensaje de tranquilidad: "Aunque el cambio no depende del rector, sino del Consejo Social, la intención del rectorado es aplicar medidas para atenuar los efectos". Es éste el sentido del acuerdo adoptado por el Consejo de Gobierno, que permite convocatorias extraordinarias de exámenes para los alumnos matriculados en planes de estudios a extinguir, a los que falten 24 créditos para finalizar la carrera. Úbeda incide en aspectos negativos porque "podría afectar a estudiantes que pueden tener todo aprobado con algunos flecos". "Yo cursé Estadística, una asignatura de primero, en tercero", dice el delegado, que acabó la carrera en tiempo y forma.

El anterior vicerrector, Francisco Morales, en el cargo cuando se aprobó la normativa, dice que el cambio se produjo para adecuarse a la segunda reforma de los planes de estudio. Entonces, en el primer año afectó a 500 estudiantes. Cualquier norma de permanencia es impopular pero "es de justicia social" porque gestionan "fondos públicos".

Por otra parte, el Consejo Social de la Universidad Politécnica de Valencia aprobó el pasado 19 de diciembre una nueva normativa, que entrará en vigor el próximo curso. A partir de ahora desaparecerán los límites en el número de convocatorias; durante el primer curso deberá de aprobarse una asignatura troncal y obligatoria (frente a las dos de antes). En segundo año deberán aprobarse el 40% de los créditos troncales u obligatorios de primer curso (antes bastaba con dos asignaturas), y durante el tercero, como en la de Valencia, el total de créditos correspondientes a primer curso. El vicerrector de Coordinación Académica y Alumnado, Eliseo Gómez-Senent, destaca el carácter de "progreso" que exige la LOU (art. 46) y que se ha adaptado a la normativa. "Se pretende que los estudiantes acaben la carrera en menos años y de forma lineal". En las normas de regulación de progreso destaca "que para matricularse de cada curso es necesario matricularse de todo lo pendiente". Una comisión universitaria estudiará caso por caso las circunstancias que influyen en el fracaso del estudiante. "Si el 50% de los estudiantes suspende es un fracaso del profesor". "El año pasado 600 alumnos debían abandonar la carrera por aplicación de la normativa, pero la comisión que trabajó de manera experimental resolvió favorablemente". Los estudiantes de la Politécnica emplean de media entre 5 y 6 años en las carreras técnicas, y entre 7 y 8 en las superiores.

Novatos que deben aprobar unos créditos mínimos

Algunas universidades valencianas fundamentan parte de su normativa de permanencia en el número de créditos troncales y obligatorios mínimos que deben aprobar los estudiantes de primer curso. La más dura en este sentido es la Universidad Jaume I de Castellón, que fija la cifra en el 20%. La Miguel Hernández permite estudiar a los estudiantes que hayan aprobado 12 créditos y la Cardenal Herrera-CEU, nueve. No obstante, esta última introduce que el rector, a petición del interesado y en los casos debidamente justificados de incomparecencia a examen, podrá autorizar de nuevo la matrícula en la misma titulación. La Jaume I introduce, además, una disposición referente al rendimiento académico: a los alumnos que se matriculan por segunda vez en una titulación y que durante los dos años no superen el 50% de los créditos, no se les permitirá matricularse en la universidad castellonense durante dos años. En cuanto al número de convocatorias por asignatura, la Universidad Jaume I concede hasta cuatro; en la Universidad Miguel Hernández los alumnos podrán consumir un máximo de cinco, y seis en la Cardenal Herrera-CEU. En todos los casos se concede una única convocatoria de gracia.En la Universidad de Alicante el número de convocatorias es de seis. En caso de agotarlas y tratarse de alumnos que tengan aprobados los cuatro quintos del plan de estudios se les concederá una extraordinaria ante un tribunal especial. La normativa de permanencia no se basa en esta universidad en el número de créditos aprobados en el primer año. En los estudios de primer ciclo se conceden dos años adicionales y en los de primer y segundo ciclo, la duración reglada de la carrera más tres años. Si se trata de alumnos que simultanean estudios y trabajo se añade un año más de permanencia.Casi ninguna universidad ha aplicado la normativa de permanencia de manera estricta y suelen estudiar cada circunstancia.

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