Los chipriotas no quieren perder la última oportunidad

Al histórico líder turcochipriota, Rauf Denktash, de 78 años, presidente de la República Turca del Norte de Chipre, entidad reconocida únicamente por Turquía, le han segado la hierba bajo los pies. Representante de la línea más dura sobre la división de la isla y, hasta hace una semana, respaldado plenamente por Ankara y su Ejército, Denktash no contaba con que el plan lanzado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para reunificar Chipre, dividido desde 1974, y la inminente entrada de la parte griega de Chipre en la UE, le colocara en la cuerda floja y le convirtiera en un obstáculo para los islamistas moderados en el Gobierno de Ankara.

2002 se cerró con 30.000 turcochipriotas en las calles de Nicosia exigiendo a Denktash que se sentase a negociar la reunificación o dimitiese. "Si él no tira la línea verde, la tiraremos nosotros", decía ayer un joven citado por France Presse.

El plan de la ONU debe ser aceptado por ambas partes antes del 28 de febrero

Curiosamente, los turcochipriotas son ahora los únicos turcos que tienen una opción real a entrar en la UE. El año nuevo se ha iniciado con la descalificación del nuevo hombre fuerte turco, Recep Tayyip Erdogan, hacia Denktash, al que ha acusado de confundir sus ambiciones personales con los intereses de Chipre.

"Denktash ha reconocido que el plan de la ONU es negociable, aunque él no confiaba en la otra parte . Esto no es un asunto personal de Denktash, sino que se trata de la lucha de una nación por su existencia", señaló Erdogan. Por si no hubiera quedado claro, el líder turco siguió desautorizando al presidente turcochipirota. "No estoy a favor de proseguir con las políticas que se han hecho en Chipre durante los últimos 30 años", dijo, y advirtió de que si el plan de la ONU fracasa "las cosas se van a poner feas". El plan de la ONU prevé la creación de una confederación en Chipre y la fecha límite para aceptarlo es el 28 de febrero. Además, prevé la celebración de sendos referendos de ratificación en marzo tanto en la comunidad griega como en la turca de la isla. Las negociaciones entre ambas partes deben reanudarse mañana.

La entrada en escena de Erdogan tiene una doble lectura. Por un lado, representa otro gesto hacia Occidente de moderación política tras su amplia victoria electoral. La desaparición de Denktash de la mesa negociadora -o mejor dicho, la aparición en la mesa de un representante turcochipriota con voluntad de diálogo- podría allanar el camino hacia la reunificación de la isla. Pero al mismo tiempo es un mensaje al principal guardián del Estado laico en Turquía, el Ejército, que durante tres décadas ha mantenido 30.000 soldados en el norte de Chipre y que es partidario, por razones estratégicas, de mantener el statu quo en la isla. Erdogan les está diciendo a los militares que el Gobierno de Ankara tiene algo que decir sobre la cuestión.

Sin embargo, no todo está perdido para Denktash en Ankara. El presidente turco, Ahmet Necdet Sezer, respaldó desde el primer momento el plan de Annan, pero siempre ha insistido en la idea del respeto a la "igualdad de soberanía", coincidiendo de pleno con las tesis de Denktash. Según Denktash, el plan de Naciones Unidas "lleva a que el pueblo turcochipriota pierda muchos de los derechos de los que actualmente disfruta".

La fecha final dada por la ONU para alcanzar un acuerdo, el 28 de febrero, parece demasiado prematura a ojos de los turcos, que estiman que ha sido establecida para coincidir con el final del mandato de Galfkos Clerides, el presidente grecochipriota. "Es una fecha artificial, el 16 de abril representa un plazo más realista", declaró a la televisión turca el ministro de Exteriores turco, Yasar Yakis. El 16 de abril es el día en que Chipre y otros nueve países firmarán solemnemente el tratado de adhesión a la Unión Europea.

Tal vez por ello, el pasado viernes, el presidente Clerides, de 83 años, anunció su intención de presentarse a un tercer mandato en las elecciones previstas para el próximo 16 de febrero, pero con la intención de permanecer en el cargo únicamente 16 meses y no los cinco años que prevé la Constitución. Clerides, que informó previamente de esta decisión al primer ministro griego, Costas Simitis, aseguró que su intención es la de culminar el proceso histórico de reunificación de la isla y que, en caso de resultar reelegido, formará un Gobierno de unidad nacional. Aunque Atenas mantiene una neutralidad teórica sobre los asuntos internos de los grecochipriotas, fuentes próximas al Gobierno de Simitis han expresado su satisfacción por la decisión del veterano líder, ya que temían que una batalla electoral abierta pudiera hacer encallar en un lodazal de luchas políticas el rumbo negociador de los grecochipriotas. Sin embargo, la oposición grecochipriota no se ha mostrado tan contenta y ya dos partidos, los comunistas de AKEL y los centristas de DEKO, han rechazado la propuesta de un Gobierno de unidad nacional.