Diez bancos deberán dar el visto bueno al plan de salvamento de la automovilística Fiat
Las entidades prestaron 3.000 millones de dólares cobrables en acciones de la compañía
El plan de salvamento de Fiat, que será presentado en las próximas semanas por el ex número uno de la Telecom Italia Roberto Colaninno, deberá ser aceptado por el grupo de banqueros que le prestó a la compañía 3.000 millones de dólares. Éste sería el escenario presente, tras el acuerdo firmado en julio pasado en Londres por los bancos Capitalia, Intesa, SanPaolo Imi, Unicredit, BDS, BNL, Montepaschi, ABN Amro y BNP Paribas con los representantes de Fiat, quienes deberán devolver dicha cifra antes de 2005 con intereses anuales del 4,5% o pagar con acciones.
Nuevas incógnitas surgen en la difícil situación financiera de la firma automovilística Fiat. La aparición del empresario Roberto Colaninno con su plan de salvamento consistente en reducción de gastos y enajenación de actividades ajenas a la automoción deberá contar también con grandes dosis de ingeniería financiera. Un grupo de 10 bancos que prestaron 3.000 millones de dólares a la Fiat tienen mucho que decir en el futuro de la firma turinesa que deberá devolver este dinero antes de 2005 o entregar a cambio acciones a un precio superior a su actual cotización bursátil.
Las cláusulas del inédito acuerdo de 41 páginas que fueron resumidas por el diario italiano Repubblica, aseguran que el tratado firmado estipula intereses aún mayores (de unos 30 millones más al año) si Fiat sufriera una rebaja de calificación por parte de las firmas de crédito o agencias de rating (como Moody's, que recientemente rebajó la calificación de Fiat). En el documento se explican algunas causas para la rebaja de la calificación como son el incumplimiento de los objetivos anunciados por Fiat, o problemas de liquidez superiores a 20 días o por importes superiores a 200 millones de euros en sus sociedades participadas.
Acciones depreciadas
El acuerdo firmado en Londres podría dar, por tanto, a los acreedores bancarios de la Fiat la mayoría relativa del capital, si los resultados de la gestión no son más que satisfactorios al termino de la restitución del crédito (en julio de 2005) o si la empresa adelantara eventos: como solicitud de quiebra, moratoria o insolvencia de una de las sociedades del grupo.
En caso de que la Fiat tuviera que pagar con títulos, el precio de las acciones representaría una dificultad, visto que la cotización en julio del año pasado era de 15,5 euros, y que el viernes llegaron a 8,6 euros (después del aumento del 12% de los títulos registrado la semana pasada tras la noticia de la posible entrada de Colaninno en la Fiat).
El plan de salvamento de Colaninno prevé que la empresa italiana se centre en el sector automotor desprendiéndose de otros ramos, y en términos de inversión el aporte de 8.000 millones de euros. De éstos, 1.000 millones de euros procedentes de Colaninno, más otros 3.000 millones de euros de un grupo de empresarios italianos que se sumarían al proyecto, y al que se agregarían otros 4.000 millones de euros en concepto de ventas de activos entre las cuales se encontraría la Fiat Avio.
La crisis de Fiat se resume en cifras como los 6.500 millones de euros de deuda neta y las pérdidas acumuladas entre enero y septiembre de 2002 de 1.163 millones de euros, a falta de los datos del cuarto trimestre, frente a los cuales la dirección apostó por un fuerte ajuste de la producción y un recorte de plantilla de 8.100 empleados.
A falta del plan concreto, los colaboradores de Colaninno han empezado a filtrar a la prensa algunos aspectos parciales, entre los que destaca que el empresario y sus socios desean una recapitalización de Fiat por valor de 2.000 millones de euros, la mitad de los cuales sería aportados por ellos y la otra parte procedería del mercado.
Asimismo, Colaninno establecería un pacto con los Agnelli (familia fundadora y máxima propietaria de Fiat) por el que se fijaría una igualdad en la participación accionarial -entre el 15% y el 20% cada parte- y llevaría a cabo una política de venta de algunos activos del grupo. Todos los recursos se destinarían a revitalizar Fiat Auto, el segmento de turismos, el más afectado por las pérdidas, en el que General Motors debería duplicar su actual cuota.
El Gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi se mostró favorable a la idea de una salida italiana a la crisis de la empresa de Turín para evitar que ésta pueda ser comprada por capitales estadounidenses. La General Motors posee el 20% de las acciones del grupo.
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