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Los inspectores de la ONU no encuentran armas de destrucción masiva después de 5 semanas de búsqueda

Buscan, buscan, pero no encuentran. Los inspectores de armas de la ONU llevan cinco semanas investigando las instalaciones militares iraquíes y no parecen haber hallado indicios sobre posibles armas de destrucción masiva. A finales de mes, Hans Blix, el jefe de la Comisión de Inspección y Verificación (Unmovic), entregará su informe oficial sobre el resultado de unas pesquisas que empezaron el 27 de noviembre. Por ahora, como dijo el 31 de diciembre el secretario general de la ONU, Kofi Annan, "no hay motivos para una guerra".

En estos momentos hay 110 inspectores en Irak y cerca de 60.000 soldados estadounidenses desplegados por varios países del Golfo, un cifra que podría doblarse a lo largo de este mes. Washington prosigue sus preparativos de guerra pese a que ninguna crisis o amago de crisis ha enturbiado el regreso de los equipos de la ONU tras cuatro años de ausencia.

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En cinco semanas, los expertos de Unmovic y del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) han visitado 230 instalaciones. A partir de este mes acelerarán el ritmo con la ayuda de seis helicópteros que les permitirán llevar a cabo misiones de reconocimiento aéreo. Este fin de semana abrirán una nueva oficina en Mosul, a un centenar de kilómetros de Bagdad. La ONU no ha dado ninguna estimación oficial, pero, como aseguraba hace unos días un inspector al diario Los Angeles Times, de continuar como hasta ahora "no tendremos nada que poner en el informe". "Si nuestra intención era cogerlos in fraganti, hemos fracasado".

Blix y Mohamed el Baradei, jefe de la Agencia para la Energía Atómica, deben comparecer de nuevo ante el Consejo de Seguridad el día 9 para seguir hablando de la declaración de 12.000 páginas elaborada por Bagdad sobre su arsenal y que los dos responsables ya han calificado de incompleta por omitir detalles sobre la producción de ántrax y misiles.

Hans Blix, que tiene previsto viajar a la capital iraquí dentro de dos semanas, también está examinando cómo ingeniárselas para interrogar a algunos de los 500 científicos iraquíes incluidos en la lista que sometió Bagdad hace una semana. La resolución de la ONU le permite trasladarlos fuera del país, pero hasta ahora el diplomático sueco se ha negado a aplicar esta cláusula.

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