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La oposición sufre sus primeras fisuras sobre la huelga en Venezuela

Algunos empresarios ya no soportan las pérdidas y piden replantearse la protesta

La huelga general inicia su segundo mes en Venezuela y aparecen las primeras discrepancias públicas entre sus organizadores sobre si se debe o no continuar. El secretario general de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Manuel Cova, desmintió ayer que se plantee la suspensión de la huelga, como había insinuado la víspera Américo Martín, de la Coordinadora Democrática, la coalición que lidera la protesta contra el Gobierno de Hugo Chávez.

Cova y Martín son dos de los seis portavoces opositores en la Mesa de Negociación y Acuerdo que dirige el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria.

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Algunos sectores empresariales, ahogados por las pérdidas de diciembre, claman por redefinir la protesta y restringirla al ámbito petrolero. Otros exigen que continúe como huelga general. A pesar de los desmentidos, muchos empresarios, con la boca pequeña, han comenzado a plantearse la idea de reabrir sus fábricas y locales comerciales, tras haber contabilizado como pérdidas uno de los meses más importantes del año en cuestión de ventas.

Los partidarios de reformular la protesta proponen restringir la paralización de actividades petroleras y permitir el levantamiento parcial o total de la huelga en las áreas comercial e industrial.

La huelga comenzó a languidecer poco a poco en diciembre. Muchas pequeñas y medianas empresas reiniciaron sus actividades para no perder toda la temporada navideña. Sin embargo, las grandes empresas agroindustriales y manufactureras, que fabrican los principales productos de consumo masivo de los venezolanos, mantienen cerradas sus plantas y estos productos escasean. De no reanudarse la producción, podrían presentarse graves problemas de desabastecimiento. Siguen cerrados los grandes centros comerciales y las franquicias de comida rápida.

La eventual conversión de la huelga general en una exclusivamente petrolera dejaría solos en esta lucha a los altos gerentes de Petróleos de Venezuela (PDVSA), cuya participación en esta acción ha sido clave y ha producido los efectos más sensibles en la sociedad: una inédita falta de combustible en un país exportador de crudos y derivados de hidrocarburos y una caída en la facturación internacional que tendrá devastadoras consecuencias en los próximos meses.

El Gobierno ha logrado en los últimos días atenuar los daños causados por la paralización petrolera y, con ayuda internacional, cubrir a duras penas la demanda de gasolina y otros carburantes, pero la reactivación plena de la industria petrolera se considera, incluso por los más optimistas, que necesitará al menos medio año, dada la alta calificación de los huelguistas.

Timoteo Zambrano, otro representante opositor en la Mesa de Diálogo, aseguró que la huelga y las movilizaciones se mantendrán y se fortalecerán con la desobediencia tributaria que iniciarán este año los ciudadanos, negándose a pagar impuestos. Para hoy se prevé otra marcha llamada Gran Batalla, que irá hacia Fuerte Tiuna, una ciudadela militar en Caracas. Allí la oposición protestará por la detención del general Carlos Alfonso Martínez, de la Guardia Nacional, uno de los rebeldes instalados desde octubre en la plaza de Altamira. A Martínez lo apresaron este lunes, cuando parece que incitaba a guardias en activo a alzarse, delante de la comandancia de esta policía miltarizada.

En sus apariciones diarias ante la televisión, los líderes de la huelga, Carlos Ortega, presidente de la CTV, y Carlos Fernández, presidente de la cúpula empresarial Fedecámaras, suelen reiterar que el paro sólo cesará cuando Chávez renuncie. Ante lo elevado de estas exigencias, cualquier suspensión sin que se cumpla ese requisito suena como una capitulación.

Un militar venezolano dirige el tráfico a la entrada de una gasolinera en Caracas.
Un militar venezolano dirige el tráfico a la entrada de una gasolinera en Caracas.ASSOCIATED PRESS

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