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Maragall invita a expresar públicamente el deseo de que 2003 sea el año del cambio político en Cataluña

Enric Company

Pasqual Maragall lanzó ayer una invitación a que los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña expresen públicamente el deseo de cambio político, para que se materialice en las elecciones autonómicas de 2003. "No pido simples adhesiones; pido voces" dijo.

Después de tres años de encabezar la oposición al Gobierno de Jordi Pujol, el líder socialista convocó ayer a los medios de comunicación en la sede de su partido para formular una declaración de fin de año y afirmar que 2003 ha de ser el "el año del gran cambio en Cataluña".

Maragall renovó su compromiso personal para conseguir que Cataluña tenga un gobierno que supere, dijo, la actual "etapa de ineficiencia obsesionada sólo en el mantenimiento del poder y la defensa de intereses que no son los de todos". Para lograrlo invitó a una "movilización cívica" en favor "del cambio, la innovación y el progreso".

El ex alcalde de Barcelona puso el acento en la necesidad de la máxima participación ciudadana para alcanzar este objetivo. "Pido voces diversas, ricas, singulares, críticas, creativas, ilusionadas, comprometidas, exigentes. No quiero oir sólo 'Maragall, a ver si ganas', sino 'Maragall, seremos presidentes", dijo.

Cuando faltan 10 meses para las elecciones autonómicas y cinco para las municipales, los socialistas catalanes viven una fase de euforia contenida, basada sobre todo en los datos que les aportan los sondeos sobre intención de voto. Maragall señaló, no obstante, refiriéndose a 2002: "No ha sido un año tan bueno como queríamos", ni en el plano catalán, ni en el escenario español ni en el europeo.

En Cataluña, afirmó "toca fondo" el último Gobierno de un Jordi Pujol dedicado a "mandar más que a gobernar" y "obstinado de unos años a esta parte en creer que Cataluña no puede ser más que un águila encadenada".

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La incapacidad del Gobierno de Aznar para gestionar el accidente del Prestige hasta convertirlo en una catástrofe es, afirmó Maragall, la continuación de la incapacidad para culminar con éxito el semestre de presidencia española de la Unión Europea y evitar la huega general de junio. "Considero deplorable que Aznar aplauda la pretensión del presidente norteamericano, Bush, de situarse por encima de cualquier ley" y convertirse en "caudillo mundial con licencia para matar".

Por otra parte, señaló, 2002 deja una situación económica "peor de lo que nos quieren hacer creer".

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