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Una juez ordena el derribo parcial de un chalé que quita luz a un vecino

La juez Asunción Merino Jiménez, juez de lo contencioso-administrativo número 9 de Madrid, ha ordenado el derribo parcial, "en defensa de la legalidad urbanística", de un chalé que se halla en el número 12 de la calle de Laguna, en la urbanización de Mirasierra (Fuencarral), tras la denuncia presentada por un vecino al que supuestamente le resta luz.

Las obras para la construcción de la vivienda se iniciaron en el verano de 1999, en una parcela que linda con la casa del afectado, T. F. J. Éste denunció ante el Ayuntamiento de Madrid lo que, en su opinión, era una obra "irregular", pues registraba un fuerte desnivel y tenía un subsótano que no estaba incluido en el proyecto original. Además, la cercanía con su casa le restaba luz no sólo a él, sino a otros vecinos.

Ante el requerimiento del Consistorio, el propietario del chalé presentó un proyecto para subsanar las deficiencias de la obra y obtuvo así una nueva licencia de construcción. Para sorpresa de T. F. J., las obras continuaron día a día sin que el Ayuntamiento evitara que se corrigieran las deficiencias que presentaba el proyecto del vecino. Durante todo el proceso, el demandante presentó tres escritos ante el Ayuntamiento de Madrid en los que solicitaba la paralización de los trabajos colindantes y el derribo de la parte, en su concepto, "ilegal".

Licencias revocadas

En una sentencia de fecha 29 de noviembre, la juez ordena que sean revocadas las dos licencias que el Ayuntamiento concedió al propietario de la obra por su "disconformidad" con el planteamiento urbanístico y obliga además al Consistorio a "sugerir" al dueño de la vivienda que proceda a la demolición del chalé en aquellas partes que no respetan las distancias de linderos y de fondo.

En términos prácticos, según el letrado Javier Dorca, y pese a que la sentencia judicial no estima el derribo total del chalé, como pedía el vecino afectado, en la práctica es bastante probable que se tenga que echar abajo toda la edificación. De lo contrario, quedaría convertida en una especie de "vivienda espárrago", pues el propietario está obligado a recortar su chalé en 1,21 metros por un lado y en 1,35 por otro. La sentencia también deja claro que en la edificación construida existen en realidad cuatro plantas, y una de ellas -el sótano- ha quedado cubierta por terreno de relleno. Contra esta decisión cabe recurso de apelación.

El del chalé de la calle de Laguna, en la urbanización de Mirasierra, es un caso parecido al de la iglesia de Nuestra Señora de las Fuentes, en la calle de Villa de Marín, sobre la que pende desde hace 10 años una orden de demolición parcial. Dos vecinos denunciaron el recinto porque no respeta las distancias mínimas (12 metros) entre esa construcción y sus casas, lo que les resta luz. La pasada semana, el Tribunal Superior de Justicia rechazó el recurso de súplica presentado por la Iglesia para evitar su derribo.

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