El Gobierno se propone reducir las primas a las energías de fuentes renovables

Una propuesta del Ministerio de Economía de reducir para el año 2003 las primas que incentivan las energías renovables ha caído como un jarro de agua fría en el sector, porque contrasta con una subida del 1,6% de la tarifa eléctrica. La puesta en marcha de la medida está pendiente de un informe de la Comisión Nacional de la Energía, pero deberá aprobarse antes de fin de año. Productores, sindicatos y ecologistas temen que, en caso de prosperar la iniciativa, se produzca un parón tecnológico en el sector y en el tratamiento de desechos contaminantes de ganadería, como los purines del porcino.

El sector de las energías renovables está perplejo ante el plan del Gobierno de reducir las primas con las que se les ha incentivado al amparo del Plan de Fomento de Energías Renovables para el periodo 2000-2010. Este plan está en consonancia con una directiva europea que tiene como objetivo satisfacer el 22% del consumo eléctrico de la Unión en el año 2010 con fuentes energéticas sostenibles. "Por este camino no lo vamos a conseguir de ninguna manera", dice Manuel de Delás, portavoz de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).

Los más afectados son los parques eólicos, a los que se les descuenta en la prima un 8% por kilovatio-hora producido. En la Comisión Nacional de la Energía (CNE) se hablaba desde hace tiempo de esta rebaja, debido a que el desarrollo eólico ha permitido alcanzar niveles de competitividad con fuentes energéticas fósiles y contaminantes (petróleo, carbón).

En agosto pasado se aprobaron incentivos para impulsar que los parques eólicos salten al mercado eléctrico, pero pocos han seguido el señuelo. Tampoco están dispuestos a invertir en tecnologías que permitan predecir con cierta antelación la producción eléctrica de los molinos (en función de la fuerza del viento), si desde las administraciones no se les incentiva. Pero en ningún caso se esperaban que la prima actual de 2,8969 céntimos de euro que perciben sobre el precio del mercado eléctrico se redujera a 2,66.

Según Manuel de Delás, todo se debe a errores de cálculo. A principios de esta semana una representación de APPA mantuvo una reunión con el secretario de Estado de la Energía, José Folgado, a quien le intentaron convencer de que reconsiderara esa reducción de las primas. En su opinión no existen ni razones energéticas ni económicas que lo justifiquen. El descuento supone una quiebra en la política de apoyo a las energías renovables que se ha mantenido ininterrumpidamente durante 23 años por todos los gobiernos. Este apoyo, estimado en 361,4 millones de euros para el año en curso, apenas repercute en el índice del coste de la vida (IPC) y contribuye a la reducción de los gases de efecto invernadero. Se estima que sólo durante este año la producción energética con fuentes renovables habrá evitado la emisión de 13 millones de toneladas de CO 2 a la atmósfera.

Esta propuesta de reducción de las primas se produce pocos días después de que un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente advirtiera de que España será incapaz de cumplir su compromiso de limitar al 15% el aumento de gases de efecto invernadero entre 1990 y el periodo 2008-2010 al que le obliga el Protocolo de Kioto y sus compromisos comunitarios.

Error de cálculo

Después de tres horas de conversación con Folgado, la APPA llegó a la conclusión de que el Ministerio de Economía ha calculado la actualización de las primas a la eólica sobre datos alejados de la realidad, al parecer facilitados por el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), que ahora depende de ese ministerio.

Según Economía, el coste de instalación de cada megavatio eólico es de 780.000 euros, mientras los estudios de APPA lo cifran en 950.000. "Si los cálculos de Economía fueran reales no nos quejaríamos, pero no lo son.

Lo mismo le ocurre a la biomasa. El ministerio cree que es rentable con un aumento de una peseta, cuando no salen las cuentas a menos que suban tres. Lo que nos separa son los datos, aunque en la filosofía estamos de acuerdo", sostiene De Delás, quien teme que el recorte de las primas propicie un parón tecnológico en un sector en el que España se ha colocado a la cabeza de la Unión Europea.