Los huelguistas exigen los medios que se usaron en el 'Exxon Valdez'
El Gobierno se interesa ahora por peticiones hechas hace dos semanas
Extenuados, demacrados, pero firmes. Los tres patrones mayores de las cofradías de pescadores de las Rías Bajas que están en huelga de hambre siguen su protesta y no pararán hasta que el vicepresidente primero del Gobierno central, el también gallego Mariano Rajoy, les prometa por escrito que La Moncloa pondrá todos los medios necesarios para evitar que la venenosa marea negra del Pestige afecte a la zona más rica de Galicia.
Los patrones mayores de Cangas, O Grove y Pobra do Caramiñal entregaron ayer una vez más sus peticiones concretas, con una idea: el Ejecutivo, dicen, sólo está poniendo los medios para recoger el fuel en la costa cuando ya está consumado el desastre, y deja la captura del chapapote en el mar a los pescadores, que ya no pueden más, con sus métodos artesanales. Los marineros recuerdan que lo que piden es asumible dada la emergencia. Reclaman los mismos medios que se usaron en el siniestro del Exxon Valdez en 1989, en Canadá.
Dos días después de comenzar la huelga de hambre, representantes de la Administración central se han puesto en contacto con los patrones para saber qué quieren. Ellos ya se lo habían dicho varias veces en las últimas dos semanas, incluso al propio presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Ayer, por si había dudas, lo plasmaron por escrito. Para cada una de las rías piden: un plan de emergencia, con centros de coordinación, plan de actuación, medios...; al menos 50 bombas de achique para incorporar a los barcos, los llamados skimmers -ahora sólo hay tres, y porque se encargó de alquilarlas la cofradía de Cambados-; 15 barreras oceánicas que llevan los skimmers incorporados, 15 kilómetros de barreras para proteger las entradas de las rías, y 5 gabarras (cargueros) que puedan almacenar 1.000 toneladas de fuel cada una. Además, exigen la intervención de barcos de la Armada para mover las barreras y atrapar el fuel.
Mientras, la huelga sigue. Tanto que los médicos ya no son un elemento extraño en los pasillos de la cofradía de O Grove, en la ría de Arousa. El patrón mayor, Franciso Iglesias, es un marinero de libro: fuerte, con las gruesas manos de años de faena y la piel curtida por el sol y el viento. Pero ya no tiene aspecto sano. Los ojos medio cerrados y la forma de hablar delatan que lleva más de un mes trabajando a destajo, y ahora encima dos días sin comer. Ayer cayó derrotado a media mañana y el doctor le recomendó que se tumbara en la cama improvisada en la cofradía. "Menos mal que tengo reservas, el que me preocupa más es éste" se ríe señalando a Pablo Villar, el patrón de Cangas, un hombre muy delgado que admite: "El cansancio está empezando a hacer mella, pero la moral está intacta".
El tono de lamento cambia cuando se les recuerda la frase del ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, en la que destacaba que mientras ellos están en huelga de hambre, otros se dedican a parar la marea. "Es aberrante. Ahora va y nos dice que cojamos la pala. Nosotros estábamos luchando contra el chapapote veinte horas diarias mientras ellos estaban de caza", grita Villar, a quien se le escapa algún taco con sólo nombrarle a Cascos, al que en la cofradía llaman Monocascos.
Como ejemplo de que la frase del ministro no tiene sentido, los marineros cuentan que ayer mismo pescadores de O Grove y otras cofradías pararon una pequeña mancha de 100 metros de ancho. Y es que los únicos que están en huelga de hambre son los jefes, los demás no paran de salir al mar a pescar lo único que se puede: fuel.
La cofradía de O Grove, y la de Pobra, como la lonja de Cangas, parecen cuarteles generales de una batalla. Los patrones mayores revisan mapas mientras en la mesa reposa el suero líquido que toman para no desfallecer. Aunque ayer les visitó el secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, no quieren ni oír hablar de política. "Que lean lo que pedimos, ahí no hay nada de política. ¿Cuánto vamos a tener que esperar?", se queja Manuel Maneiro, patrón de A Pobra. Tan centrados están en los medios que Nano Besada, portavoz de O Grove, se despistó el otro día cuando le dijeron que venía el Príncipe de Asturias. "Ah que bien, ése ayudará, con lo grande que es y todo lo que lleva dentro...". Se creía que era el portaaviones de la Armada, y no don Felipe.
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