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EE UU y Reino Unido acusan a Irak de mentir en su informe de armamento

Bush muestra su preocupación por las "omisiones" y "falsedades" en el documento

Enric González

El informe que Irak entregó a los inspectores de armas de la ONU contenía "omisiones" y "falsedades" y, por tanto, no cumplía lo exigido en la resolución 1.441, dijo ayer un portavoz de la Casa Blanca. El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, afirmó que la declaración de Sadam Husein sobre sus arsenales y programas de armamento no era "completa". El rechazo de Washington y Londres a las 12.000 páginas del texto iraquí supuso un nuevo paso hacia la guerra, pero no el definitivo. George W. Bush se reunió con sus asesores de seguridad.

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Bush decidió exigir un endurecimiento de las inspecciones, antes de dar por inútiles todos los esfuerzos diplomáticos y ordenar el inicio de las operaciones militares.

El informe iraquí, censurado y reducido a 3.500 páginas, y un informe adicional de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, fueron distribuidos ayer entre los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. Los cinco miembros permanentes recibieron la versión completa una semana atrás. Estados Unidos y Gran Bretaña decidieron endurecer el tono de sus mensajes a la espera de que el jefe de los inspectores, Hans Blix, presente hoy sus conclusiones preliminares.

En la reunión mantenida en la Casa Blanca, algunas voces reclamaron que Bush declarara ya a Irak en "ruptura material" de la última resolución de la ONU, lo que equivaldría a concluir las inspecciones y declarar la guerra. Prevaleció, sin embargo, la posición del secretario de Estado, Colin Powell, quien aconsejó al presidente que esperara y, por el momento, se limitara a exigir a Hans Blix que hiciera más intensas las inspecciones y tratara de extraer de Irak a algún científico local capaz de ofrecer detalles sobre los arsenales.

Según Powell, la opinión pública internacional no estaba aún convencida de que el Gobierno iraquí mintiera, y encontraría prematura una declaración de guerra. Por otra parte, el Pentágono no ha concluido todavía el despliegue de fuerzas en las cercanías de Irak. El tramo final del debate de ayer en la Casa Blanca se centró en cómo vender a la opinión pública el obstruccionismo iraquí, y cuáles eran los pasos diplomáticos apropiados para desembocar en la guerra.

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Bush decidió exponer su posición a los estadounidenses en un discurso público, inicialmente previsto para mañana viernes, mientras que Powell realizará hoy una declaración sobre la respuesta de EE UU ante el informe. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, declaró que el presidente había "aprendido mucho con la declaración", aunque faltaran algunos detalles por examinar en los 12.000 folios. "El presidente está preocupado por las omisiones en la declaración", añadió. Fleischer no quiso hacer precisiones sobre las armas concretas no incluidas en la relación. Hasta ahora, ni Washington ni Londres han hecho públicas las pruebas de que presuntamente disponen sobre la posesión de armas de destrucción masiva por parte de Bagdad.

Por parte británica, Straw se mostró muy duro. "Si Sadam persiste en esta obvia falsedad, estará claro que rechaza las posibilidades de paz", dijo. Straw argumentó que la afirmación de los iraquíes de que no disponían de armas nucleares, químicas o bacteriológicas constituía "una obvia falsedad", ya que en la lista entregada a los inspectores no se incluían armas químicas que sí figuraban en una lista elaborada por los inspectores en 1998, cuando fueron expulsados. En el mismo sentido se expresó el portavoz Fleischer: "Hay cosas que, según los inspectores, Irak poseía en 1999 y que no figuran en la actual declaración, lo cual suscita interrogantes".

Los miembros no permanentes del Consejo no pudieron opinar, ya que en sus versiones, de las que se habían suprimido instrucciones para la fabricación de armas o nombres de proveedores, había "huecos" evidentes. "Esta declaración contiene muchas omisiones y recortes, pero los responsables de ello parecen ser Unmovic, la Agencia de Energía Atómica y los cinco miembros permanentes, no Irak", se quejó un diplomático de uno de los países sin plaza fija.

Inspectores de la ONU hablan con funcionarios iraquíes en una fábrica cercana a Bagdad.
Inspectores de la ONU hablan con funcionarios iraquíes en una fábrica cercana a Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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