Los pescadores denuncian la falta de respuesta a sus planes para frenar la marea de fuel
Los pescadores y mariscadores de las Rías Bajas presentaron al Gobierno el 21 de noviembre un plan detallado para impedir que el chapapote entrara en esa zona. Ante la falta de contestación, la pasada semana viajaron a Santiago de Compostela y forzaron una reunión con el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, y con su consejero de Pesca, Enrique López Veiga, en la que volvieron a presentar su propuesta. La falta de reacción de ambas administraciones es lo que ha motivado la huelga de hambre iniciada por destacados miembros de varias cofradías de pescadores.
El primer punto del plan presentado por los pescadores recomendaba la creación de un mando único que coordinara todos los trabajos, en el que estarían representados los técnicos, las cofradías de pescadores y las instituciones. El plan iría unido a otro específico para cada ría, y las administraciones debían poner medios fiables de observación, cuantificación y control de la evolución de las manchas.
Para los marineros, el dispositivo anticontaminación debía contar con una flota de barcos potentes -barcos de la Armada, remolcadores y pesqueros- que pudiera arrastrar barreras oceánicas para embolsar las manchas en pleno mar. Cada uno de esos barcos debía contar con aparatos para extraer el fuel del mar.
El plan incluía la intervención de otros barcos que podrían ser utilizados como depósitos, para que los que recogieran combustible del mar pudieran descargarlo en ellos sin tener que ir a puerto.
Asimismo, los pescadores proponían instalar barreras que evitaran la entrada de fuel en las rías.
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