Barcos y votos
La dimisión de guillotinado de ese diputado autonómico del PSOE me parece una vergüenza. El PP lleva toda la marea negra acusando al PSOE de beneficiarse de la catástrofe, cuando son ellos quienes debieran partirse los pechos con una roca por no haber capeado la marea, o intentarlo desde el primer instante, en lugar de mentir a manguerazos. El PP no está legitimado para escupir contra el ventilador.
El dimitido diputado sólo ha pronunciado una ironía nada escandalosa. Oír que al PSOE le sobran votos y que si escasean hundirán otro barco, es la sátira mínima que el PP, y nadie más, se está mereciendo desde hace un mes. Hacer que alguien dimita por eso me parece un verdadero desprecio por la gravedad de la situación. Si al diputado matritense lo han dimitido por decir una nadería de nada, la enésima sobre barcos y votos, el Gobierno estatal y sus compadres gallegos deberían ser deportados a perpetuidad a la Isla del Diablo, por sus actuaciones ante esta marea, conforme al porcentaje de competencias que tienen asignadas en el ordenamiento jurídico.