Kissinger se niega a revelar sus negocios y rechaza dirigir la comisión del 11-S
Al final, la caída de Kissinger no tiene que ver con su pasado sino con su presente: ha dimitido para no tener que desvelar quienes son sus clientes y los datos de su consultoría privada. Aunque la ley no establecía incompatibilidades claras entre el cargo que ina a ocupar y su negocio privado, los demócratas le habían forzado a demostrarlo y el Congreso había apoyado en dos ocasiones ese requisito. Kissinger sólo estaba dispuesto a proporcionar una información limitada sobre sus actividades privadas.
En otra nota pública, Kissinger expresó su deseo de que la dimisión "permita que el trabajo de la comisión avance sin más demora". El primer vicepresidente escogido para la comisión, George Mitchell, también dimitió el miércoles por presiones similares a las que ha sufrido Kissinger. Nadie se atrevía a sugerir anoche nombres de candidatos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.