El 40% de los catalanes que toman antibióticos incumplen la prescripción

Cuatro de cada 10 catalanes que toman antibióticos interrumpen el tratamiento antes de que éste haya finalizado o toman dosis inferiores a las prescritas. Combatir esta mala utilización de los antibióticos y alertar de los riesgos que comporta para la salud es el eje de una nueva campaña del Departamento de Sanidad para mejorar los efectos de este tipo de fármacos, que suponen el 4,19% del gasto farmacéutico de la Generalitat.

"Hay que mentalizar a la gente de que los antibióticos sólo son útiles si se toman correctamente y si han sido prescritos por una persona cualificada. Si no se hace así, las consecuencias pueden ser muy adversas, ya que las bacterias pueden acabar creando resistencias y dejar sin efecto los antibióticos", explica el director general de Recursos Sanitarios del Departamento de Sanidad, Eugeni Sedano.

Uno de los problemas observados por médicos y farmacéuticos en la utilización de antibióticos es la automedicación. El 8% de los catalanes admiten tomar antibióticos sin prescripción médica, proporción que en el resto de España se eleva hasta el 25%.

Una de las condiciones para que los antibióticos resulten eficaces es tomar las dosis necesarias durante el periodo de tiempo preciso, es decir, seguir el tratamiento terapéutico, una condición que en Cataluña cumple el 61% de la población y en España el 58%, mientras que en Francia el porcentaje de cumplimiento es del 84% y en el Reino Unido del 91%.

Las causas que motivan la automedicación con antibióticos son la familiaridad con este tipo de tratamiento, la imposibilidad o la incomodidad de acudir al médico y la conducta aprendida por muchos pacientes.

Antibióticos contra la gripe

El perfil de la persona que se automedica con antibióticos es el de un hombre de entre 30 y 39 años que sufre una gripe o catarro, sin que tenga influencia alguna su estado civil y su nivel de formación.

De hecho, el 20% de los catalanes admiten que toman antibióticos cada vez que sufren un resfriado o una gripe, cuando estos medicamentos no son útiles contra los virus, sino que sólo permiten combatir los efectos de las bacterias.

Los antibióticos supusieron el año pasado el 4,17% del gasto en medicamentos de la sanidad pública, que ascendió a 60.223.736 euros, una cifra inferior a los 73.151.840 de 1999.

Según los datos de la Generalitat, el año pasado tomaron una dosis de antibióticos cada día una media de 100.573 ciudadanos. Los antibióticos más utilizados son las penicilinas de amplio espectro, con el 39% de la prescripción total, seguidos de los macrólidos (17%) y de las quinolonas (14%).