EE UU cuenta ya con 60.000 soldados desplegados y listos para atacar a Sadam
Bagdad reta a Washington a probar la acusación de que oculta armas de destrucción masiva
La guerra empieza hoy. Al menos para el millar de militares que participan en el simulacro Internal Look (Mirada Interior) en la base de As Saliyah, en Qatar. Definido como juego de guerra informático, intenta probar los equipos de alta tecnología de este centro de mando en el que EE UU ha invertido 100 millones de dólares. Aunque los oficiales norteamericanos evitan relacionar el ejercicio con las amenazas de Washington a Irak, hay un extendido sentimiento de ensayo general. De momento, 60.000 soldados estadounidenses se encuentran ya desplegados en la región.
Según The New York Times, Estados Unidos tendrá pronto suficientes carros de combate, buques de guerra, aviones, bombas y tropas en la región del golfo Pérsico para permitirle iniciar un ataque contra Irak en algún momento a lo largo de enero. El periódico, que cita a altos oficiales del Ejército norteamericano, asegura que los 60.000 soldados, marinos y aviadores, así como los cerca de doscientos aviones de guerra que se hallan en o cerca de la zona, los cuatro portaaviones que al final de esta semana estarán listos para atacar Irak o el millar de planificadores militares que se han reunido en Qatar constituyen signos inconfundibles de que antes de que pase mucho tiempo el presidente George W. Bush va a estar en situación de poder ordenar un ataque para desarmar a Irak y derrocar a Sadam Husein.
"Estamos llegando rápidamente al punto en el que, si se nos pide que actuemos, seremos capaces de llevar a cabo operaciones en Irak", confirmaba a ese diario un alto oficial. La progresiva concentración de fuerzas trata de presionar al Gobierno iraquí para que se desarme, y tal vez persuadir a los generales de Sadam Husein para que cometan defección o se rebelen contra él.
El simulacro Mirada Interior, que va a durar una semana, también forma parte de las presiones orquestadas por la Administración estadounidense en un momento en que la evaluación del arsenal militar iraquí ha alcanzado una fase crítica. Se inicia justo cuando la ONU va a iniciar el examen de los casi 12.000 folios de la declaración sobre armas presentados por Bagdad como prueba de que carece de armas nucleares, químicas o biológicas.
Irak retó ayer al Gobierno de Estados Unidos a que presente pruebas de que su país todavía esconde armas de destrucción masiva. Si las tienen, dijo ayer un consejero del presidente iraquí, "deberían mostrarlas de inmediato". "Cuanto antes lo hagan, mejor para todos los afectados", manifestó el general Amir al Saadi.
Al Saadi, que es químico de formación, comparecía ante los numerosos medios de comunicación acreditados en Bagdad para comentar el contenido del extenso informe entregado el día anterior a la ONU. "Es un relato honesto, verdadero y completo de nuestros programas armamentísticos", aseguró mientras el documento viajaba hacia Nueva York para ser analizado por los expertos de la comisión de desarme (Unmovic). Una copia del mismo llegó mientras tanto a Viena, donde se encuentra la sede de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), encargada de estudiar la capacidad nuclear de Irak.
Frente al escepticismo de Washington, Moscú ha reaccionado con prudencia a la entrega del informe iraquí, destacando que se ha producido antes del plazo límite dado por la ONU. Preguntado sobre si el documento es o no suficiente para alejar el peligro de guerra, el ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, de visita en Madrid, renovó ayer su confianza en el Consejo de Seguridad y dijo que no se deben adelantar opiniones perturbadoras, informa Peru Egurbide.
"Vamos a seguir apoyando la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad. Los inspectores han empezado a trabajar. Lo importante ahora es confiar en su trabajo y no adelantar opiniones que puedan dificultarlo. Son inspectores que dependen de 40 países, son expertos en la materia, y lo razonable es esperar a que el Consejo de Seguridad se pronuncie sobre su trabajo". La ministra española de Exteriores, Ana Palacio, que acompañaba a su homólogo ruso, se mostró plenamente de acuerdo con estas ideas.
Mientras tanto, un nuevo grupo de 25 inspectores (21 de la AIEA y 4 de Unmovic) llegaron ayer a Bagdad para reforzar los trabajos sobre el terreno. Durante el día, un equipo de la avanzadilla llegada el pasado 25 de noviembre visitó una fábrica de insecticidas en Faluya, 50 kilómetros al oeste de la capital iraquí, donde con anterioridad a 1991 se desarrollaban armas químicas y biológicas. Un segundo equipo inspeccionó una compañía de prospección geológica y minera cerca del parque Saadún, en la propia ciudad.
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