Hechizados por la lectura desde niños
La Feria de Durango pone a prueba la pujante literatura infantil vasca frente a las arrolladoras ventas de 'Harry Potter'
¿Quién reta a Harry Potter? La Feria del Libro y Disco Vascos de Durango lanza el guante. Y lo recoge un ramillete de novedades literarias en euskera que rivalizan en la lista de ventas con el fenómeno internacional de la pottermanía. En la pugna desigual, arrasa el libro sobre las peripecias del pequeño aprendiz de mago y sus amigos. Ahora bien, no todos los niños y los jóvenes vascos se han dejado absorber por las tendencias que marcan el mercado actual de la literatura escrita para los menores de 12 años.
Harry Potter, de la autora británica J. K. Rowling, sigue vendiéndose "como rosquillas", apunta un miembro de la organización del certamen. Sus hechizos conquistaron la feria de 2000 en su primera incursión, cuando apareció traducido al euskera el primer título de la serie. El año pasado volvió a convertirse en el libro estrella de Durango. La cuarta entrega, Harry Potter eta suzko kaliza (Elkarlanean), traducido por Iñaki Mendiguren (premio Euskadi de traducción 2002), es el ejemplar más requerido de los 439 que figuran en los 271 puestos de la 37ª edición de la feria.
La editorial gallega Kalandraka combina con éxito los cuentos con sugerentes dibujos
Sin embargo, en el mercadillo que todos los años organiza la Fundación Gerediaga de Durango, soplan nuevos vientos en los hábitos de lectura en Euskadi, a tenor al menos de la vasta producción literaria para niños y jóvenes: en 2001 se publicaron unos 70 libros de este género. ¿Va en consonancia la cantidad con la calidad del producto? No, aunque la joven escritora Ixiar Rozas, ganadora del premio Euskadi de Literatura Infantil y Juvenil 2001, considera que es "muy saludable" la aparición de nuevos escritores en el panorama vasco. "Ya no ocurre como hace algunos años, cuando sólo publicaban Bernardo Atxaga y Mariasun Landa", dice. No obstante, Rozas pone el contrapunto de la "excesiva infantilización de la literatura".
Pese a que la batalla por las ventas no tiene discusión cuando está por medio el brujo Potter, el hit parade literario ofrece títulos para los menores que tampoco salen malparados. Ahí está Max (Aizkorri), de la escritora bilbaína Laida Martínez, ganadora recientemente del premio Lazarillo de creación literaria infantil y juvenil con una historia cuyo protagoonista principal es un niño crédulo, fantasioso y tartamudo.
El poeta de Azkoitia Felipe Juaristi se arranca con Itzarri nahiez zuen printzesa (Alberdania), una historia de amor que evidencia que "entre la realidad y la fantasía hay otros mundos: el de los cuentos o los sueños", según el autor. También despunta Itsaslabarreko etxea (Aizkorri), de Miren Agur Meabe, premio Euskadi de literatura infantil y juvenil este año, o el último trabajo de Ixiar Rozas, titulado Yako eta haizea (Erein).
Entre los competidores, serios adversarios de Harry Potter, se encuentran los libros con el sello gallego Kalandraka. Kalandraka no entró de puntillas en el océano editorial, se sumergió a pleno pulmón: "Nuestro principal y original objetivo fue ofrecer libros con la máxima calidad estética y literaria, para que los niños aprendiesen a valorar la lectura desde los primeros años de su vida y pudiesen descubrir la magia que encierran las palabras de un libro". Jesús María Fernández, delegado comercial en el País Vasco y promotor de la editorial gallega, explica así el éxito que ha recogido del público y las alabanzas de la crítica especializada.
La colección Libros para soñar es un trampolín al estrellato de jóvenes autores e ilustradores, a la vez que una referencia obligada para escritores consagrados. En los libros de Kalandraka "no hay costuras" entre el texto y los dibujos. Están fundidos con la fantasía de las historietas.
Título tan sonoros y rítmico como Moncho y la mancha, La caza de la mosca Fosca, Capitán Calabrote o Dinosaurio Belisario forman parte de un catálogo que va creciendo al ritmo de uno o dos ejemplares mensuales. Kalandraka ha completado ya un muestrario con más de una veintena de títulos desde su nacimiento en 1998. Con sede en Pontevedra, esta editorial la crearon los componentes de una compañía de teatro con una amplia experiencia con los niños en Galicia. "El ritmo y la cadencia al contar los cuentos y una estética revolucionaria fueron las bases principales en el origen del proyecto", explica Fernández. Los libros de Kalandraka acompañan los relatos con un cuidado trabajo fotográfico para presentar unas ilustraciones originales por el uso de materiales como la plastilina, el cartón-piedra o los collages.
El esfuerzo innovador de los editores ha tenido su recompensa. Al éxito en las ventas se une la concesión este año del premio Nacional de Ilustración del Ministerio de Educación por ¿Donde perdió Luna la risa? Con estas credenciales, no es extraño que los libros de Kalandraka se traduzcan ahora al castellano, euskera y catalán. "En breve vamos a dar el salto al inglés", asegura su delegado comercial en Euskadi, donde esta editorial ha tenido una excelente acogida, sobre todo "en el gremio de profesores de ikastolas".
Los juegos didácticos, como el Trivial y el Quién es quién, así como las últimas aplicaciones informáticas en disco compacto, también están teniendo "una buena salida" en la feria, admite un componente de la organización.
Durango es el mejor escaparate para la promoción y la publicidad, y con esa intención la Dirección de Política Lingüística del Gobierno vasco ha aparcado en los aledaños de la gran carpa portátil de la feria un autobús didáctico, Xaguxar, una suerte de biblioteca móvil para invitar a la lectura a los más pequeños.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.