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LOS PUNTOS OSCUROS DEL 'PRESTIGE'

La exportación rusa de crudo crece a toda máquina

El pasado 27 de noviembre, cuatro de las más importantes compañías petroleras rusas firmaron un acuerdo por el que se comprometían a construir, antes de 2007, un nuevo pantalán petrolero en Mursmansk. Este proyecto, que une a las empresas Loukoïl, Youkos, TNK y Sibneft, y que costará entre 3.403 y 4.504 millones de euros, es una de las múltiples vías por las que las petroleras rusas esperan dar salida a la exportación, en constante crecimiento.

Pero ocho días antes de que se firmara este acuerdo, el petrolero Prestige, fletado por la compañía Crown Resources, filial del grupo ruso Alfa, había derramado su carga en la costa española. Los "barcos-basura rusos" fueron de inmediato descalificados. Pero la expresión es equívoca, porque si el cargamento es ruso, los barcos muy pocas veces lo son.

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Las tres mayores navieras rusas poseen en total 193 barcos, mientras que miles de petroleros transportan crudo y productos derivados por todo el mundo. "Sólo un 4% de las exportaciones rusas las transportan compañías marítimas nacionales", afirmaba hace unos meses un adjunto al ministro de Transportes ruso. "¿Sabe quién lleva nuestras mercancías? Los griegos y los liberianos".

El recurso a barcos con bandera de conveniencia, que a menudo fletan empresas rusas a través de sociedades tapadera, justifica la inquietud. Más de la mitad de los petroleros que han zarpado este año de puertos rusos hacia el mar Báltico y el mar Negro eran monocasco, según el analista de Lloyd's, James Ryder, citado por el diario ruso The Moscow Times. Además, dice, más del 65% de esos barcos tienen más de 20 años: "Son los verdaderamente peligrosos".

Los riesgos aumentan en la misma medida que el tráfico. Las exportaciones de petróleo ruso han aumentado un 30% en los tres últimos años. Un 36% de esas exportaciones se transportan en petroleros por el mar Báltico, según el Instituto finlandés de Medio Ambiente. 20 millones de toneladas de petróleo pasaron por el golfo de Finlandia en 1994, según la misma fuente. En 2002, habrán pasado más de 60 millones de toneladas y la previsión es que lleguen a los 100 millones en tres años.

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"El aumento de la exportación de petróleo ruso por el mar Báltico nos inquieta", asegura Mikael Jovall, portavoz de Greenpeace. Las compañías petroleras rusas se han lanzado a hacer gigantescos trabajos de rehabilitación o de construcción de puertos, que les permitirán entregar por sí mismas la producción, sin pasar por Transneft, la sociedad nacional de transportes. Un nuevo pantalán en Primorsk, al este del golfo de Finlandia, está en servicio desde finales de 2001. El puerto de San Petersburgo aumenta su capacidad y, en el Mar del Norte, Loukoïl desarrolla el pantalán de Varandei, sobre el mar de Barents.

Hay más proyectos en preparación, pero el más importante es el de Murmansk. El gran puerto del Ártico tiene la ventaja de que no queda atrapado en los hielos del invierno, y de que está a menos de 10.000 kilómetros de la costa este de Estados Unidos. Así se alimenta el sueño americano de los petroleros rusos. Rusia, segundo exportador mundial, vende cinco millones de barriles diarios, y produce 7,1 millones -en los dos últimos años, la producción ha aumentado más de un millón de barriles diarios-. Las grandes compañías sólo piensan en reducir esa distancia con Estados Unidos, en abrir el camino hacia América.

© Le Monde / EL PAÍS

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