Cita con lo último en euskera

La Feria del Libro y Disco Vascos abrió sus puertas ayer en Durango con centenares de escolares recorriendo los primeros las calles en las que, hasta el próximo domingo, se expondrán todas las novedades de la producción discográfica y literaria euskaldún de este año. Son más de 500 productos distribuidos en 271 casetas, entre editoriales, casas de discos, publicaciones periódicas e instituciones públicas y privadas.

Esta edición, que hace la número 37, será recordada por ser la última que se celebra bajo una carpa. Si todo va como está previsto, el próximo año estará terminada la nueva y ansiada sede estable del certamen.

En cuanto a las novedades en sí, todas las quinielas coinciden en unos pocos nombres como principales atractivos. Salvo sorpresas, los nuevos trabajos de Benito Lertxundi y Fermin Muguruza serán los más vendidos en músical. En cuanto a los libros, hay expectación por ver la respuesta del público a Unai Elorriaga, que puede aprovechar el tirón del Premio Nacional de Literatura para relanzar su novela SPrako tranbia, que ya estuvo presente el año pasado.

Tras la avalancha inicial de jóvenes durante la mañana, la jornada transcurrió con total normalidad. La guardia urbana ha reiterado su recomendación de usar el transporte público para acercarse estos días a Durango.

Son las 10.30 y llueve. Los primeros autobuses han parado y descargado ya a cientos de escolares junto a la carpa que acoge la presente edición del certamen de Durango. Hay nervios entre los organizadores, pues un problema en el generador de electricidad amenaza con retrasar la apertura; los técnicos se afanan y logran que todo esté listo para la hora prevista. Los visitantes más jóvenes entran y se pierden entre los puestos repletos de libros y de discos.

"Nuestro objetivo es que por un día se sumerjan en la literatura", explica una profesora que ha venido a acompañar a sus alumnos. "Creemos que es positivo que tengan la oportunidad de visitar un evento como éste al menos una vez al año". Los esfuerzos de los docentes por orientar a sus discípulos caen, sin embargo, en saco roto, pues buena parte de ellos toman posiciones rápidamente frente a los stands de las discográficas, y no sólo para ver los discos, sino también para comprarlos. Según el presidente de la Asociación Gerediaga y máximo responsable del evento, Antton Mari Aldekoa-Otalora, "en contra de lo que muchos piensan, los chavales no vienen sólo a molestar, ya que se han convertido en consumidores, principalmente de música".

"Feria especial"

Otro de los puntos que más atrae a los jóvenes visitantes son los ordenadores con conexión a Internet, que cada año ocupan más espacio en el recinto. La conclusión parece clara: en la tradicional "feria del libro", los jóvenes se sienten cada vez más atraídos por las nuevas tecnologías.

Pasados los primeros minutos, también los puestos dedicados a las novedades literarias se hallan abarrotados. Es un día especial para los empleados de las editoriales, que ejercen de improvisados guías en la iniciación literaria de los jóvenes. "Nos preguntan cuáles son las novedades que presentamos o qué libro es el más vendido; por lo general son preguntas que les encargan sus profesores", dice un responsable de la editorial Erein.

Con todo, la principal función del certamen, inagurado oficialmente por la tarde por el lehendakari, sigue siendo servir como escaparate a la industria editorial. Los profesionales del sector aprovechan la jornada inaugural para establecer contactos y ofrecer sus productos. "Ésta es una feria especial", dice el agente literario Álex Zugaza, representante de Bernardo Atxaga o Anjel Lertxundi, "ya que, a diferencia de otras, está orientada principalmente a mostrar los productos directamente al público".