Desastre en alta mar
Desastre en alta mar que nos manifiesta la incapacidad de la "alta política" en la gestión de problemas. La democracia se nos queda hueca, ante las batidas de una marea de burócratas de despacho con agendas apretadas dispuestas a no hacer nada. El Prestige transporta esta concepción de la política a su estadio más alto de desprestigio.
El baile de informaciones contradictorias que nos asalta constituye un punto más del miedo de la clase política a enfrentarse al pueblo y sus problemas, y de la ineficacia para solucionarlos. Muchos hombres de la mar se preguntarán cómo nadie les pidió su opinión en tales circunstancias. Yo, desde luego, les pondría al frente del gabinete de crisis.
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