La morosidad de bancos y cajas crece por primera vez en 9 años, hasta el 1%
La crisis argentina y la desaceleración económica limitan al 1,3% el aumento del crédito
La morosidad de bancos y cajas es baja, pero empieza a crecer por primera vez desde la recesión de 1993. Según el Banco de España, las entidades financieras tienen un 1% de morosidad sobre sus créditos, relación que ha repuntado levemente respecto de 2001. Este agujero se eleva al 4% en el negocio exterior. En total, el crecimiento de los activos dudosos se ha disparado hasta el 35,6%, pese a que la crisis argentina y la desaceleración económica han limitado al 1,3% el crecimiento del activo. El Banco de Èspaña insiste en que la gestión de los riesgos ha de ser "adecuada y prudente".
Los datos corresponden a un informe semestral sobre Estabilidad financiera que, por primera vez, publicó ayer el Banco de España. La conclusión es que los bancos y cajas españoles son "solventes, rentables y eficientes", pero acusan cada vez más los efectos de la crisis argentina y la desaceleración económica. La señal de alerta está en el índice de morosidad sobre el activo (créditos y renta fija), que se ha elevado al 1% para el negocio doméstico y al 4% para las operaciones exteriores.
Son niveles bajos si se comparan con la situación de hace sólo nueve años. En aquellas fechas, la morosidad escaló hasta más del 7% para el negocio doméstico y por encima del 3% incluido el exterior. Fue el periodo de la última recesión en la economía española, que anegó buena parte de la solvencia del sector financiero. A partir de ahí, el descenso de la morosidad fue en picado, hasta mantenerse por debajo de un punto desde 1998. Ahora la morosidad ha vuelto a situarse en un punto y crece por primera vez en nueve años.
El principal riesgo está en el exterior debido sobre todo a la crisis en Argentina. Según los datos del Banco de España, los activos dudosos (tanto en España como en el exterior, excluidas las filiales) han crecido a un ritmo del 35,6% en el último año. De este crecimiento, al negocio nacional sólo le corresponde un 40%, a pesar de que su peso en la cartera de activos dudosos es muy superior (el 75%). Dentro del negocio doméstico, las empresas son más insolventes (con un índice del 1,1%) que las familias (0,8%).
El aumento de la morosidad se ha producido pese a que la crisis latinoamericana ha impuesto la cautela y a que la desaceleración económica se ha traducido en una menor demanda de créditos. El activo total ha crecido apenas un 1,3% en junio de 2002 respecto de un año antes, frente al 19,7% que se registraba a medidados de 2001, en una línea descendente desde principios de ese año.
Este frenazo en seco se explica más por el negocio extranjero, que ha caído un 18,8%, frente a un aumento del 21,5% el año anterior. El activo en España ha crecido, por el contrario, a una tasa del 7,9%, bastante elevada si se tiene en cuenta que la economía crece a un ritmo nominal (sin descontar la inflación) del 6%. Es, sin embargo, un aumento bastante inferior al 19,1% de un año antes.
El peso del negocio exterior se ha recortado casi cinco puntos en el último año y apenas representa la quinta parte del activo total de las entidades españolas. Una parte de la explicación está en la depreciación de las monedas latinoamericanas. Traducido a euros y corregido el efecto precios, la situación sería de estancamiento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.