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Reportaje:La limpieza de las playas | CATÁSTROFE ECOLÓGICA EN GALICIA

Soldados de Bélgica en vez de españoles

Una caravana con militares y civiles belgas y un equipo de una agencia federal alemana apoyan el despliegue antivertido

Jorge A. Rodríguez

Un camión caqui, indudablemente militar, cargaba voluntarios en Muxía (A Coruña). Los soldados belgas ayudaban a los jóvenes a subir al trasportín, rotulado con grandes letras blancas con el acrónimo SFOR, el nombre de la misión de la ONU en Kosovo. El Ministerio de Defensa de Bélgica ha desplazado a 10 militares a Muxía, mientras que el de Interior ha enviado a 20 miembros de su departamento de Protección Civil. El equipo que han traído en sus 10 camiones es impresionante. Rudy Van Hecke pregunta: "¿Dónde está el Ejército español?". Cuando se le contesta que en los primeros días ayudaron a limpiar unos infantes de Marina y que luego se marcharon, espurrea el bocadillo de queso en el volante de su camión. No puede contener la risa.

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La caravana de belgas ha tardado tres días en recorrer unos 2.100 kilómetros. Llegaron anteayer ante la sorpresa general. Tres camiones militares y siete pintados de azul, civiles, estaban ayer aparcados en batería junto a la lonja de Muxía, pegaditos al destacamento de Cruz Roja. Traen equipos de limpieza, lanchas ligeras, una lancha de casco de catamarán dotada de un sistema extractor de fuel, varios palés de material. "Este equipo no succiona el fuel sino que es una especie de rulo dentado que lo hace bola y permite montarlo en los contenedores que hemos traído", afirma Van Hecke.

Los militares preguntan una y otra vez dónde está la "spanish army". Johan Degaene, civil, muestra su sorpresa: "No hemos visto soldados españoles y, verdaderamente, nos ha sorprendido, porque pensábamos que estaban colaborando en las tareas de limpieza". Los belgas hicieron ayer tres viajes con los camiones militares para llevar voluntarios a las zonas afectadas por la segunda parte del vertido, especialmente a Nemiña, la playa de Muxía.

Un militar, vestido con un tres cuartos de camuflaje y un pantalón de goma amarillo, se define como el Chef Corporal de la unidad. No quiere líos con la prensa ni con el Ejército español. Sólo dice esto: "Sí que es extraño que no haya militares españoles, pero yo no soy quién para decir nada de ellos. Hemos venido a ayudar nos vamos a quedar unos 10 días. No es educado decir más".

Pero los ciudadanos dicen mucho más. Como Manuel Pinelo, el presidente de Cruz Roja de Fisterra. "¿Cómo es posible que haya venido el Ejército belga y no haya venido el español, aunque sólo fuera para montar unas cocinas de campaña para dar de comer a todos los voluntarios?", se pregunta. Luis, autoapodado el Berrugo, un voluntario de Eibar, contesta: "Es una vergüenza". Ramón Pérez, jefe de Protección Civil de Muxía, agrega: "Estarán en Ferrol, pero si quieren venir, que sepan que las manchas van a seguir llegando".

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El despliegue internacional se completa con voluntarios de Protección Civil voluntarios y con un equipo de la Agencia Federal Alemana para el Asesoramiento Técnico, cuyas siglas en alemán son THW. El propósito del grupo, que ayer también se batió el cobre contra el chapapote en Nemiña, es apoyar las tareas de limpieza del crudo durante los próximos 15 o 25 días. Florian Weber, uno de los responsables del destacamento de THW, lo explica con las botas de goma sumergidas hasta media caña en la pasta que forman la arena, el agua y el engrudo: "Hemos venido 32 personas para apoyar y dar consejo técnico a los voluntarios a fin de que realicen su trabajo de manera eficiente. Lo que vemos es que la gente necesita apoyo para usar la maquinaria y para coordinar la recogida de fuel".

Varios miembros del equipo alemán saben cómo debe actuarse en este tipo de tragedias, ya que participaron en la limpieza de los vertidos del buque Pallace. Weber tampoco quiere líos: "Permítame que no diga nada sobre el Gobierno español, sólo que estamos muy satisfechos de poder ayudar a los españoles". Lo dice y sigue con lo suyo.

Varios voluntarios trabajan en la limpieza de la segunda marea negra, ayer en la playa de Nemiña, en Muxía (A Coruña).
Varios voluntarios trabajan en la limpieza de la segunda marea negra, ayer en la playa de Nemiña, en Muxía (A Coruña).LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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