Los sándwiches de la ira
Los franquiciados de Rodilla piden que cierre la marca Go Gourmet
Los grandes no siempre tienen el éxito asegurado. La cadena Rodilla, un clásico de los sándwiches, ha encontrado un muro en el desarrollo de su proyecto Go Gourmet, una tienda de emparedados envasados con mayor longevidad. Una veintena de dueños de establecimientos en régimen de franquicia han presentado una demanda por competencia desleal.
Hace unos meses, la cadena de comida rápida Rodilla decidió la creación de una nueva enseña del grupo. Un establecimiento caracterizado por la venta de comida con mayor ciclo de vida, sándwiches estuchados que podían aguantar más tiempo frescos que los tradicionales que han dado fama a la empresa.
La primera tienda de Go Gourmet se abrió en la calle del General Martínez Campos de Madrid. Meses después, este proyecto de nueva cadena parece paralizado. La empresa lo considera un negocio con ingresos muy inferiores a los de las tiendas de la casa matriz. Pero, además, una veintena de empresarios de Rodilla que operan en régimen de franquicia han presentado una demanda ante el juzgado de primera instancia para detener lo que consideran un abuso por parte de la cadena. El argumento de los afectados es muy claro. "Si me venden un producto exclusivo y pago un canon, ahora no me pueden hacer la competencia con Go Gourmet que es un negocio muy parecido".
Zona de exclusividad
"Este establecimiento no es más que una prueba para valorar cómo se puede comportar la demanda del sector en el futuro", asegura Jesús Romero, director general de Rodilla. Romero asegura que "nunca abriremos un Go Gourmet en la zona de influencia de ninguno de nuestros franquiciados". Todos los empresarios que trabajan bajo la marca de Rodilla cuentan con una zona de exclusividad, que aparece perfectamente delimitada en el contrato con la casa matriz.
La Asociación de Franquiciados de Rodilla, el grupo disidente que ha plantado cara al emblemático fabricante de sándwiches, reivindica en su demanda, pendiente de admisión a trámite, el cierre del establecimiento. Esgrime los argumentos de incumplimiento del contrato ("Rodilla no puede hacer la competencia a los establecimientos de sus franquiciados") y competencia desleal ("no puede vender sándwiches con otra marca").
"Nuestro objetivo es realizar una prueba de un nuevo modelo de negocio durante un año y medio como máximo. Cuando tengamos los resultados, presentaremos los números y los ratios de negocio a toda la cadena y serán los dueños de estas tiendas los que decidirán sobre esta línea de actividad", indica Jesús Romero.
El director general de Rodilla asegura que la tienda de Go Gourmet "factura bastante menos que una franquicia de Rodilla". Pero el diseño de estos establecimientos, que requieren menos metros cuadrados de superficie y menos personal puede hacerlos rentables con menos ingresos. "Aunque facture un 30% menos, a lo mejor se puede lograr que sea rentable", indica el director general de la cadena.
"Queremos que el juez declare este negocio competencia desleal, que ordene a Rodilla cesar en esa actividad, que prohíba en el futuro hacer este tipo de negocios y que cierre Go Gourmet". Así de categóricos se expresan los demandantes.
Rodilla facturó 40,2 millones de euros el pasado año, con un incremento de ingresos del 17,5%. Dispone de 60 establecimientos y tiene en marcha un fuerte plan de expansión de su cadena que supondrá la apertura de 100 tiendas en los próximos tres años.
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