La OTAN, dispuesta a actuar en Irak si Turquía se ve amenazada
La Alianza prepara el apoyo logístico a la misión de paz en Afganistán
La nueva OTAN, como gusta llamarla ahora su secretario general, George Robertson, tras la cumbre de Praga, tiene en su calendario a corto plazo respaldar la misión internacional de paz en Afganistán y a largo baraja desempeñar alguna función más sobresaliente en Irak en el caso de que se desencadene una guerra. Fuentes norteamericanas sostienen que la OTAN debería asumir un papel permanente allí.
El primer objetivo es una realidad, pues los aliados han dado este mes el visto bueno para que la organización militar occidental aporte apoyo logístico a la misión internacional que desde hace un año está desplegada en Afganistán cuando Alemania y Holanda releven en el mando a Turquía el próximo febrero. El segundo de los objetivos, Irak, es también formulado por Washington, pero se trata simplemente de un ejercicio de reflexión, pues suscita no pocas dudas, principalmente de Alemania y Francia. Una alta fuente militar atlántica declaró ayer en Bruselas que la OTAN podría desempeñar una función en Irak en el caso de que Turquía se viera amenazada: "Turquía podría solicitar nuestra ayuda si percibiera que la crisis tuviera efectos colaterales".
El secretario general podría entonces invocar el artículo 5º del tratado de la organización, al igual que ocurrió tras el 11 de septiembre, por el cual un ataque contra uno de los socios es un ataque contra todos e implica el derecho de autodefensa. Estados Unidos lo solicitó después de los atentados de Nueva York y Washington, y aún está activado, pero su aplicación fue meramente testimonial.
La Alianza Atlántica insiste públicamente en que no hay por el momento en estudio ningún plan sobre una implicación de la organización en una acción armada para derribar el régimen de Sadam Husein. "No tenemos sobre la mesa ningún proyecto", aseguró ayer una alta fuente militar. "La OTAN actuaría si uno de sus socios se lo pidiera. Turquía no lo ha solicitado", agregó.
La Administración de George W. Bush quiere, por el contrario, que la nueva OTAN tenga alguna relevancia en Irak, aunque no necesariamente en una primera etapa. La Alianza Atlántica podría desempeñar un papel en la segunda fase, en la de mantenimiento de la paz una vez derribado Sadam, apuntan fuentes diplomáticas.
El comandante supremo aliado en Europa, el general Joseph Ralston, insistió ayer, en una visita oficial a Sofía, que una operación militar contra Irak continúa siendo "el último recurso". "Todos esperamos que las armas de destrucción masiva que existen en Irak serán eliminadas por medios pacíficos", dijo Ralston, que a principios del año que viene será reemplazado en el cargo por el general de marines James Jones.
Tanto Francia como Alemania prefieren poner ahora el énfasis en la necesidad de que los inspectores de desarme de la ONU realicen su trabajo sin presiones y no anticipar respuestas. "La resolución 1.441 es suficientemente explícita", opina un diplomático.
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