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Israel admite que un militar mató al trabajador de la ONU

Cuatro heridos en un atentado suicida contra una patrullera naval

Dos suicidas palestinos atentaron ayer contra una patrullera de la Marina israelí, utilizando un bote de pesca lleno de explosivos. Esta acción, cuya autoría fue reclamada por la Yihad Islámica, causó cuatro heridos entre la tripulación. Israel impuso el toque de queda sobre toda la flotilla de pesca palestina. El Ejército israelí admitió que uno de sus soldados abatió al trabajador de la ONU muerto el día anterior en Yenín.

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En lo que aparentemente constituyó un intento de recrear el atentado perpetrado contra el destructor USS Cole frente a las costas de Yemen en octubre de 2000, dos militantes de las Brigadas de Al Quds hicieron explotar el bote en el que navegaban contra una lancha modelo Dabur (avispa), que los interceptó fuera de la zona delimitada para la pesca. Cuando la patrulla les ordenó que dieran media vuelta, e incluso hizo varios disparos de advertencia, sus jóvenes tripulantes (de 19 y 21 años), que resultaron muertos, detonaron una potente carga explosiva que, además de herir a cuatro marinos, causó algunos desperfectos materiales.

Hasta el momento, el único precedente de un ataque contra la Marina (la rama de las Fuerzas Armadas israelíes que menor papel ha desempeñado durante la Intifada) había sido otro atentado frustrado en noviembre de 2000, pero en aquel caso los explosivos los llevaba encima el suicida, y no se produjeron heridos. Aunque ha habido múltiples intentos de infiltración desde la franja de Gaza, tanto por tierra como por mar, hasta ahora ninguno ha tenido éxito, debido a las barreras físicas y a los sofisticados sistemas de detección.

La Operación Reacción en Cadena, puesta en marcha en el área autónoma de Belén en respuesta al último atentado suicida que se produjo en Jerusalén, entra hoy en su tercera jornada. Según el portavoz militar, sus tropas detuvieron a tres presuntos terroristas durante los registros efectuados en el transcurso de la jornada de ayer sábado. Además, los artificieros demolieron cinco viviendas pertenecientes a miembros del movimiento Al Fatah y de su milicia clandestina, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Entre ellas, la de la familia de Ibrahim Abayat, uno de los tres milicianos exiliados en España tras la resolución negociada del asedio a la basílica de la Natividad.

Por otro lado, el Ejército israelí admitió anoche oficialmente que el ciudadano británico Ian Hook, de 53 años, que murió ayer en el campo de refugiados de Yenín, fue alcanzado por los disparos de uno de sus soldados. Según un comunicado militar, el soldado abrió fuego pensando que el teléfono móvil que Hook llevaba en una mano era una pistola y que éste pretendía utilizarla contra ellos. Sin embargo, según la versión dada por la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), en la otra mano enarbolaba una bandera de esta organización, por lo que iba perfectamente identificado en su afán de evacuar al personal local debido al tiroteo que tenía lugar en las inmediaciones de sus oficinas. En una conversación telefónica, el titular israelí de Exteriores, Benjamín Netanyahu, prometió a su homólogo británico, Jack Straw, que tendrá lugar una detallada investigación de los hechos.

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