Greenpeace denuncia que las autoridades rechazan su ayuda
La organización ecologista Greenpeace denunció ayer que las autoridades han rechazado la ayuda de diversos miembros de la organización procedentes de Galicia y de distintos lugares de España que se desplazaron a la playa de Barrañán (Arteixo), una de las más afectadas por la contaminación, para colaborar en las tareas de limpieza y retirada del fuel del Prestige.
Según un comunicado de la organización, sus activistas se desplazaron a esa zona portando sus propios materiales y solicitaron a las autoridades contenedores para depositar los residuos tóxicos recogidos. Tras infructuosas gestiones ante la Delegación del Gobierno en Galicia y otras autoridades, los ecologistas recibieron la negativa del alcalde de Arteixo, que manifestó a Greenpeace que no necesitaban su ayuda.
Pese a esta sitaución, la organización ecologista anunció que continuará trabajando en la zona y denunciando las consecuencias de la marea negra y de quienes actúan de forma negligente en las tareas de descontaminación.
Greenpeace exigió también ayer en A Coruña, en una conferencia de prensa, cambios urgentes en la legislación para asegurar que la industria petrolera sea responsable de dar respuestas eficaces a los vertidos de crudo, como el que afecta al litoral gallego. Las compañías petroleras deberían ser responsables del daño medioambiental y económico que produce su actividad, desde la extracción del petróleo a su empleo final, incluyendo el transporte, mantiene la organización, que demanda un cambio en la política de energía que asegure la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, cuyo empleo ocasiona estas catástrofes y es la causa principal del cambio climático.
1.400 petroleros al año
"La verdadera catástrofe es la política de energía. Cada año a lo largo de la costa gallega pasan más de 1.400 petroleros. Esto es una amenaza y no se debería permitir. Las cosas tienen que cambiar de una vez para siempre", declaró Juan López de Uralde, director ejecutivo de la organización en España.
En cuanto al transporte de petróleo, Greenpeace demanda que haya responsabilidad ilimitada de la industria petrolera en todo el mundo; la entrada en vigor de la Directiva Erika de la Unión Europea sobre el tráfico petrolero en el mar; leyes que obliguen a las empresas y a los Estados que abanderen los barcos a desarrollar, junto con los Estados costeros, proyectos de emergencia y que proporcionen los recursos financieros y físicos necesarios para poner en práctica esos proyectos de manera inmediata cuando ocurra un accidente como el del Prestige, y establecer una red de áreas marítimas de especial sensibilidad por donde no puedan navegar mercancías peligrosas.
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