Otra OTAN, global
Durante 40 años esperó o disuadió al enemigo, que acabó derrumbándose solo. En la cumbre de Praga, en territorio del extinto Pacto de Varsovia, 13 años después del final de la guerra fría, la OTAN ha decidido someterse a una transformación que más bien supone una metamorfosis que un lifting, salvo en el hecho de que quien manda en ella sigue siendo Estados Unidos. Con siete nuevos países invitados a entrar, nuevas relaciones, nueva doctrina y nueva estructura de mandos y fuerzas para hacer frente a nuevas amenazas, de la reunión de Praga surge otra OTAN. A pesar de ello, está por ver si seguirá siendo útil o si dentro de otros 13 años la Alianza Atlántica habrá caído en desuso en un mundo trastornado.
Alianza defensiva hasta ahora, ha dado un paso potencialmente peligroso al adoptar la Doctrina Bush del ataque preventivo, al menos contra posibles ataques terroristas. De tener un radio de acción limitado, podrá intervenir, con alcance global, "donde quiera que sea necesario". En Praga, la OTAN ha invitado a entrar a siete nuevos miembros, no sólo antiguos Estados del Pacto de Varsovia, sino los tres bálticos que formaron parte de la antigua Unión Soviética. La guerra fría queda lejos. Moscú ha aireado alguna objeción, más de forma que de fondo, pues Rusia tiene una relación especial con la OTAN que la convierte en casi miembro.
EE UU se ha salido con la suya al hacer aprobar la creación de una Fuerza de Respuesta de la OTAN para intervenir en cuestión de días en acciones de lucha contra el terrorismo o en otras situaciones de crisis, aunque Chirac ha condicionado la participación francesa a que no ahogue el desarrollo de una Fuerza de Intervención Rápida puramente europea, consciente de que, de otro modo, los europeos acabarán por limitarse a fregar los platos que cocine o rompa Washington. Está por ver si la UE logra realmente un espacio en el que desarrollar su propia política común de seguridad y defensa, destinada más a operaciones de mantenimiento de la paz en Europa que de combate militar universal. Pero sin entrar en una imposible e inútil competencia con EE UU en el terreno militar, Europa debe dotarse de mejores medios militares si quiere lograr un mayor margen de autonomía.
Ésta es una OTAN rediseñada por EE UU en la estela del 11-S, y con la vista puesta en una posible acción militar contra Irak. Bush ha pedido fuerzas a 50 países para una eventual acción. Aznar ha dado un paso al frente y se ha mostrado dispuesto a colaborar con tropas españolas. Apoyar una transformación sin precedentes de la OTAN, una doctrina del ataque preventivo, la globalización de la Alianza y la aportación de fuerzas para una eventual aventura militar en Irak hubiera exigido, desde la pulcritud democrática, recabar el apoyo del Parlamento antes de acudir a Praga.
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