Perico Pastor, en el 22@
Perico Pastor lleva año y medio instalado en lo que se ha dado en llamar distrito 22@ y está encantado de la vida. Más allá de los grandes planes que se anuncian para este antiguo barrio industrial, agazapado entre la Vila Olímpica y el Poblenou, Perico Pastor ha encontrado un estudio amplio y lleno de luz en un edificio a medio camino entre la nave industrial y la escalera de vecinos de las de antes, con una portería multiusos que es como una pequeña tienda de bebidas y comidas de urgencia. Se trata, en definitiva, de un estudio con un inefable toque de loft de Nueva York, ciudad donde Perico hizo la "mili artística" hace ya muchos años.
"Parece que lo del 22@ no acaba de arrancar, pero seguro que saldrá adelante", comenta con la autoridad que le da ser vecino del barrio. "Quieren que vengan empresas tecnológicas y también piensan edificar bloques de pisos, pero supongo que primero toca promover la zona del Fòrum 2004. Han construido allí muchos pisos nuevos y hay que convencer a la gente de que se instale en ellos. Es la cita más inminente, aunque el contenido del Fòrum 2004 siga siendo un misterio. Por otra parte, los detractores habituales también decían que la Vila Olímpica era un barrio desangelado y auguraban que se quedaría vacío para siempre, y mira cómo está ahora. Hay que dar tiempo al tiempo".
"Es cierto que cada vez vienen más extranjeros, pero también lo es que la ciudad se está quedando sin contenido cultural"
Perico Pastor es hombre de gestos tranquilos y calma proverbial. No parece alterarse por nada, habla de un modo sosegado y deja caer en la conversación lecturas que ha hecho recientemente y comentarios que denotan una inquietud cultural. Le preocupa Barcelona, pero le preocupa más allá del marco del distrito 22@. "Desde 1992, Barcelona quedó muy bonita y se puso de moda en todo el mundo", apunta. "Es cierto que cada vez vienen más extranjeros, pero también lo es que la ciudad se está quedando sin contenido cultural", señala. "En teatro vamos claramente a la baja y muchos artistas han caído en el funcionariado del arte y se han estancado. El famoso artículo de Félix de Azúa, en el que denunciaba que "Barcelona es el Titanic", tiene ahora más razón de ser que nunca. Algunas publicaciones extranjeras ya lo están denunciado. Aquí hay sol, hay playas, hay una ciudad moderna..., pero las actividades culturales están prácticamente desaparecidas. Hay que reaccionar pronto o a Barcelona le pasará su buen momento".
En medio del estudio de Perico, instalado en un caballete, hay un gran cuadro de tonos rojos y algunos trazos de influencia china, que es fruto, según cuenta Perico, de una reciente estancia en la ciudad de Shangai. "Me invitaron hace unos meses, junto con otros artistas de distintos países, para que visitara la ciudad y me pusiera al día sobre el arte contemporáneo chino, que es muy interesante", señala. "Lo único que teníamos que hacer a cambio era dejar dos cuadros sobre la ciudad.
Nos instalaron en una dacha en las afueras y estuvimos pintando y conociendo la ciudad. Fue una experiencia muy interesante, ya que China se está moviendo mucho. Hay un empuje increíble y no paran de pasar cosas. La lástima, quizá, es que van muy deprisa quemando etapas. Buscas el barrio antiguo que indica una guía y se ha reducido a un par de calles. A los chinos, por lo visto, no les interesan los edificios antiguos. Llevan la conciencia de ser chinos en el interior y eso para ellos es lo más importante. El resto es como un decorado".
En el estudio, cuidadosamente ordenados, se amontonan bocetos, dibujos y cuadros en los que aparece el toque característico de Perico Pastor: esas mujeres lánguidas, esbozadas con elegantes trazos, esos bodegones puntuales y contemporáneos o una vista desde una ventana con una palmera festiva. Perico lleva unos pantalones con peto manchados de pintura, pero a nadie se le ocurriría acusarle de dejadez. Al contrario, mientras habla sobre el barrio, la pintura y la cultura uno tiene la impresión de que las manchas no son tales manchas, sino una especie de condecoraciones que le acreditan y le marcan como pintor. Es como aquel orgulloso propietario de una Harley Davidson que, cuando alguien le advirtió de que su moto perdía aceite, lo atravesó con la mirada y le dijo: "Una Harley nunca pierde aceite; marca territorio, que es muy distinto".
A la salida del estudio, el barrio del distrito 22@ aparece como lo que es en realidad, un antiguo barrio industrial en busca de una nueva identidad que se le resiste, con una mezcla de viejos almacenes, naves industriales, fábricas desangeladas, ruidosas persianas metálicas y algunos bloques de viviendas que parecen fuera de contexto. Hay algunos bares y restaurantes, pero no demasiados. No mucho más allá se intuye el barrio de diseño de la Vila Olímpica y, por el otro lado, las calles llenas de vida del Poblenou. A lo lejos, la zona del Fòrum 2004, con su impresionante cambio urbanístico. El 22@ parece estar esperando su oportunidad. Los planes especiales para la renovación de 10 manzanas ya están en marcha, pero en el barrio todavía no se notan demasiado los cambios. Algunas empresas no contaminantes ya se han instalado en este distrito tecnológico, pero uno tiene la sensación de que todo avanza a cámara lenta. Sin prisas, con esa calma proverbial que transmite Perico Pastor.
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