Sanidad retocará su pacto con la industria ante el aumento del gasto farmacéutico

La ministra de Sanidad, Ana Pastor, rechazó ayer la iniciativa del PSOE de romper el pacto que su antecesora, Celia Villalobos, firmó con la industria farmacéutica hace un año para controlar el gasto farmacéutico. Pero, en vista de que esta partida sigue creciendo más de lo aceptable para el Gobierno, Pastor sí retocará los términos del acuerdo. El Consejo Interterritorial de Salud respaldó ayer otras medidas de contención del gasto, como las destinadas a limitar la presión de los laboratorios sobre los médicos, y dio luz verde al Plan de Prevención y Control del Tabaquismo.

Uno de los aspectos más criticados del pacto de Sanidad con Farmaindustria fue la aceptación de un límite -50.000 millones de pesetas, o 300 millones de euros- al ahorro anual que la Administración podía lograr con medidas como el fomento de los medicamentos genéricos. La implantación de los genéricos (fármacos con la patente caducada, más baratos) sólo alcanza en España el 7% de la factura farmacéutica pública, mientras que en algunos países europeos supera el 50%.

Según expuso ayer en el Consejo Interterritorial, Sanidad pretende impulsar mucho más a fondo los genéricos, con campañas más agresivas, con la inclusión de nuevos principios activos que puedan comercializarse bajo ese epígrafe y bajando más su precio (cambiando los criterios, más o menos arbitrarios, que se usan ahora para calcularlo).

El pacto con Farmaindustria se basaba en unas aportaciones de los laboratorios a la investigación pública vinculadas al incremento del gasto farmacéutico. Con los ritmos actuales cercanos al 9,5% de incremento -el límite previsto-, esa aportación es de unos 100 millones de euros anuales, y esa cifra podrá corregirse al alza. La secretaria de políticas sociales del PSOE, Consuelo Rumí, rechazó ayer estas medidas y mantuvo la posición de su partido, que exige romper el pacto y empezar a negociar desde cero.

Los consejeros socialistas sí mostraron su apoyo a otras medidas propuestas por Sanidad para recortar el gasto farmacéutico. Muchas de ellas pretenden aminorar la gigantesca presión que la industria farmacéutica aplica sobre los médicos para persuadirles de que receten sus productos.

Así, se prohibirá que los comerciales de los laboratorios visiten al médico en las horas de consulta -como hacen ahora-, se impondrán límites al número de visitas que cada empresa farmacéutica puede hacer anualmente a cada centro, y se fomentarán las reuniones colectivas.

El ministerio también tiene en su punto de mira los congresos de médicos organizados por los laboratorios. Algunos no carecen de seriedad científica, pero en otros casos estas reuniones, que se prolongan durante una semana en parajes elegidos con criterios más turísticos que clínicos, y con todos los gastos pagados, pueden entenderse -en opinión de los técnicos ministeriales- como una forma discutible de promocionar los fármacos del laboratorio que paga las facturas hoteleras.

El Consejo Interterritorial dio también luz verde al Plan de Prevención y Control del Tabaquismo. Como la puesta en práctica de este plan implica a todas las administraciones, incluidas las locales, el siguiente paso es la creación de una comisión intersectorial, con presencia de varios ministerios, que vaya perfilando su traslado a normas concretas.