EE UU y la ONU difieren sobre la naturaleza de las inspecciones
El FBI vigila a los iraquíes residentes o con doble nacionalidad
Diez días después de la votación sobre Irak, ya surgen los primeros roces: la ONU y EE UU no tienen la misma opinión sobre cómo deben llevarse a cabo las misiones de desarme y cómo deberían reaccionar los inspectores ante los primeros indicios de obstruccionismo iraquí. Será un problema más en la labor de Hans Blix y Mohamed el Baradei, responsables de la misión y que hoy tienen previsto llegar a Bagdad.
"Informaremos de la cooperación y de la falta de cooperación [de los iraquíes] y le tocará al Consejo de Seguridad tomar una decisión", dijo ayer, prudente, Hans Blix, el jefe de la agencia de desarme (Unmovic) en Larnaca (Chipre), de donde debía salir rumbo a Bagdad. "No tenemos instrucciones de efectuar inspecciones provocativas. Consideramos que deben ser efectivas, de lo contrario no tendrán credibilidad y no servirán ni a Irak ni a nadie".
"No aceptaremos un no como respuesta", enfatizó por su parte El Baradei, del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), "pero tendremos que comprobar que un no es realmente un no".
Más que una cuestión de vocabulario y matices, es la diferencia entre guerra y paz. ¿Puede ser media hora de retraso motivo suficiente para desencadenar las "consecuencias graves" con las que amenaza la resolución? Blix aseguraba el viernes que todo dependía de la intención: "Deberemos usar nuestro sentido común para juzgar si algo se usa para evitar las inspecciones o no".
La Casa Blanca, publicaba ayer The Washington Post, tiene un concepto muy restringido de lo que considera un incidente. Quiere además que las inspecciones sean agresivas.
"Nuestra meta no es sólo mandar de nuevo a los inspectores, sino desarmar Irak", repitió este fin de semana el presidente George W. Bush. "EE UU tiene menos tolerancia que otros", reconoció el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
La cuestión es aún más delicada ahora que se han reducido los plazos y los equipos de desarme tendrán menos tiempo para comprobar qué se esconde exactamente en las fábricas de Sadam. Blix ha dicho que espera empezar su trabajo el día 27 y tener listo un primer informe dos meses después, mucho antes de lo previsto.
En Estados Unidos, Bush ha decidido tomar todas las precauciones. The New York Times aseguraba ayer que el FBI tiene vigilados a miles de iraquíes que residen en el país o han adoptado la doble nacionalidad, siguiendo las mismas pautas que se usaron para investigar a las comunidades árabe-estadounidenses tras el 11-S. Aunque no parece tener pruebas concretas, Washington no descarta que, si las inspecciones fracasan, Bagdad tome represalias contra su territorio.
Los servicios secretos incluso habrían contratado a topos para espiar a la comunidad iraquí. También tienen muy vigilada la representación iraquí ante la ONU, en Nueva York, que consideran un nido de espías.
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