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Reportaje:

El Saló del Llibre arranca con historietas

Los ilustradores protagonizan la apertura del encuentro que ofrece al público más de 8.000 títulos valencianos

Ferran Bono

El Saló Valencià del Llibre arrancó ayer con muchas historias. Además de los 8.000 títulos de editoriales, autores y temas valencianos que se exponen al alcance del público en el Centre de Cultura Mediterrània La Beneficència, la segunda edición de este encuentro del libro está protagonizada en gran medida por el tebeo valenciano. Al menos así fue en la sesión inaugural de ayer que contó con la presencia del secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, amante del cómic, que participó en el homenaje que la Associació Professional d'Il.lustradors de València (APIV) tributó al dibujante Miguel Quesada, primer dibujante que recibió el pasado año la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, como representante de la época dorada del tebeo valenciano. Dentro de esta jornada de apertura, también se presentó el libro Clásicos en jauja. Historia del tebeo valenciano (Edicions el Ponent), de Pedro Porcel, así como la exposición que repasa la brillante historia del cómic valenciano desde los años treinta hasta los ochenta.

Los editores lamentan la 'invisibilidad social' de los libros y autores valencianos

Quesada, que fue dibujante de El Guerrero del antifaz y de Pequeño pantera negra, entre otros tebeos, recordó los tiempos duros en que los autores no tenían ni derecho a la propiedad de su trabajo y los años en que el 'género ha sido tan injustamente denostado'. Porcel y el editor Paco Camarasa rechazaron la etiqueta de fascistas o franquistas que solía utilizarse para referirse a los tebeos de la época, mientras que el estudioso Luis Gasca propuso la creación de una exposición permanente del tebeo valenciano en atención a la importancia histórica del mismo. Importancia que Luis Alberto de Cuenca ensalzó por su dimensión artística y su influencia en la cultura popular.

Todos los agentes del libro se dan cita en el Saló Valencià, impulsado por la Associació d'Editors del País Valencià con el respaldo de la dirección general del Llibre, Arxius i biblioteques. El presidente de los editores Rafael Domínguez afirmó en la presentación del encuentro que a pesar del esfuerzo de profesionalización editorial que ha hecho el sector y de las mejoras sustanciales, los libros valencianos 'sufren invisibilidad social', recordó que los índices de lectura valencianoa son inferiores a la media de España, que está a la cola de Europa, y pidió colaboración 'para lograr una mayor presencia social' de los escritores valencianos y una mayor proyección de los libros en los escaparates y los medios de comunicación.

Ana María Matute, que abrió ayer las presentaciones de libros con Cuentos de infancia ro, señaló que la lectura no debe ser nunca un castigo ni debe imponerse, sino que tiene que ser un placer. El Saló reúne la producción de 125 editoriales valencianas en un kilómetro y medio de estanterías. Hasta el 24 de noviembre, el público puede adquirir cualquier obra. En esta edición, que pretende ser la de la consolidación del Saló, se agrupan los libros por materias, por orden de autores y por editoriales.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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