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Reportaje:

El jardín de los escultores

Galdakao decorará un parque con obras de Jorge Oteiza, Néstor Basterretxea y José Ramón Anda

José Ramón Anda Goikoetxea (Bakaiku, 1949) eligió un alto del parque de Lehendakari Ardanza de Galdakao para emplazar su obra Cortezas, una pieza en bronce patinado que se instaló allí en julio. A partir de la próxima primavera, la reproducción monumental de una pieza que Jorge Oteiza (Orio, 1908) diseñó en 1960 se transformará en otro elemento clave de este césped en pendiente. El paisaje del jardín más extenso de la localidad vizcaína se completará con una tercera escultura, aún por definir, de Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924).

'Queríamos una exposición de arte contemporáneo al aire libre en la que estuvieran representados artistas de tres generaciones distintas de creadores vascos. Y, por su diferencia de edad, Anda, Basterretxea y Oteiza lo son', asegura el alcalde de Galdakao, el peneuvista Fernando Landa.

Anda no es el primer escultor que exhibe su obra sobre esta céntrica ladera de 18.000 metros cuadrados. Hace tres años, el Ayuntamiento comenzó a colocar en distintas calles y plazas de Galdakao una serie de ocho figuras de bronce que recordaban los símbolos más característicos de la cultura y la historia local, entre ellas, un dantzari y una seta autóctona. Estas piezas fueron modeladas en un taller de Eibar y costaron entre 12.020 y 42.070 euros cada una, pero sus autores no son recordados oficialmente.

El Ayuntamiento pretendía que las nuevas esculturas decorasen calles diferentes, pero los propios artistas prefirieron concentrarlas en un mismo parque. La obra de Anda forma parte de su colección Pasadizos, a la que pertenece otra pieza que se erige en San Sebastián. La escultura, de tres toneladas de peso y 3,25 metros de alto, representa un paso construido con tres planchas con forma de corteza dispuestas de forma irregular, bajo el que se traza un camino de piedras para pasear. Ha costado casi 118.000 euros.

Su abstracción contrasta con la imagen nítida de las esculturas anteriores y tanto emociona a algunos vecinos como despierta recelos de otros. 'Quienes entienden de arte critican las figuras de bronce, porque son muy realistas. Y a quienes no entienden les gustan más el dantzari, la lechera y el resto de las figuras, porque comprenden menos el juego de líneas, de espacios y de formas', destaca Landa.

También la impronta de Oteiza dominará el parque desde uno de sus extremos superiores. El Ayuntamiento ha iniciado ya los trámites para adquirir una pieza de cuatro metros de alto reproducción en acero corten de una de las conocidas tizas del escultor gupizcoano. Enclavada sobre una base de hormigón, la obra alcanzará los cuatro metros de altura.

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El proyecto de Néstor Basterretxea está aún por concretar. Representantes del consistorio esperan reunirse en breve con el artista para que defina su idea y elija un lugar donde lucirla dentro del parque. En cualquier caso, Landa se ha comprometido a 'dejar el tema atado' para garantizar la colocación de la figura si no es reelegido alcalde. 'Algún día, el parque Lehendakari Ardanza podría convertirse en un museo de escultura moderna al aire libre. ¿Por qué no? Yo ya he puesto la primera piedra', se felicita.

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