Lorenzo Silva cree que se ha invertido el papel del héroe policiaco

El escritor y abogado Lorenzo Silva (Madrid, 1966) asegura que el éxito de la novela policiaca en toda Europa tiene que ver con la mirada social que proyecta. 'La novela tradicional se ha refugiado en el intimismo y en la literatura del yo', contó ayer el autor de La niebla y la doncella (Destino), la tercera entrega, protagonizada por el sargento Bevilacqua y su compañera la cabo Chamorro, en la que la pareja de la Guardia Civil recibe el encargo de investigar un asesinato, ocurrido dos años antes en la isla de la Gomera.

La idea de este escritor es que los nuevos héroes de estos relatos ya no son detectives solitarios, sino 'funcionarios públicos que luchan por el bien común desde el sistema'. Henning Mankell o Andrea Camilleri, dos de sus autores de referencia, utilizan, como el propio Silva, la mirada de estos héroes para denunciar el lado más deplorable de la sociedad de consumo. 'No podría ser de otra forma', añade Silva. 'No hay manera de investigar un crimen sin tener acceso a las bases de datos sobre huellas y los medios materiales de que disponen los funcionarios'. Como ejemplo, Silva cuenta que hace apenas unas semanas visitó un destacamento de la Guardia Civil que disponía de un microscopio electrónico, valorado en casi un millón de euros. 'Lo manipulaban dos agentes rasos, uno era biólogo y el otro físico', aclara el escritor. El protagonista de sus relatos policiacos, el sargento Bevilacqua, es psicólogo y lee a Lacan, y con él trabajan agentes, de 24 años, a las que les encanta el grupo Ska-P. 'Hay policías y guardias civiles que son así y eso supone una normalización, de un cuerpo bastante rancio, que hay que saludar con optimismo', añade el escritor, que cuenta entre sus lectores con un buen número de policías.

La niebla y la doncella descubre cosas de la trastienda de los personajes principales que hasta ahora nunca se habían contado. 'He tratado de ir más allá en la relación de los protagonistas. Hasta ahora había separado el mundo del trabajo y el personal, pero en esta novela se mezcla. Bevilacqua es un tipo honrado y sentimental, pero, como todos, tiene sus lados oscuros'.