Un solo promotor de vivienda gestiona más de diez millones de metros cuadrados de suelo
La empresa construye en una cuarta parte y considera cubiertas sus necesidades hasta 2011
El debate sobre la especulación del suelo y su repercusión en el precio de la vivienda adquiere una dimensión gráfica impresionante cuando un solo promotor presenta los cerca de diez millones de metros cuadrados que gestiona. Edival, una importante constructora valenciana, posee o participa en la propiedad de esa superficie y gestiona su desarrollo. En la actualidad actúa sobre 2,4 millones de metros cuadrados sobre los que se levantarán 15.468 viviendas a corto plazo. Pero disfruta de una reserva de 7,4 millones de metros para acometer distintas promociones hasta 2011.
Juan Bautista Soler, uno de los promotores de vivienda valencianos más importantes, comentaba el pasado lunes que el precio de la vivienda está directamente vinculado al coste del suelo, la mano de obra y los materiales. El promotor, aseguraba, se limita a agregar un margen de beneficio comercial al conjunto de los gastos que asume. Pero si un sólo promotor tiene cubiertas sus necesidades de suelo hasta 2011 el debate sobre el coste del suelo adquiere otra perspectiva.
Edival es una gran empresa, pero su volumen de negocio no compara con las magnitudes que manejan sociedades estatales con notable presencia en la Comunidad Valenciana como Vallermoso o Fomento de Construcciones y Contratas.
Tampoco es competencia del primer constructor valenciano, implicado también en grandes obras públicas, que es Lubasa.
La posibilidad de gestionar diez millones de metros cuadrados de suelo a lo largo de todo el territorio valenciano está directamente relacionada con el recurso a la figura del agente urbanizador, una opción jurídica exclusiva de la legislación valenciana. Originalmente, el agente urbanizador se instituyó para evitar que los grandes propietarios de suelo pudieran congelar el desarrollo de sus solares para especular con ellos. Ante una propuesta de urbanización concreta, los propietarios están legalmente obligados a asumir el desarrollo de sus propiedades por parte de un promotor ajeno. La ley prevé compensaciones para los titulares originales del suelo, incluso les permite sumarse a las sociedades promotoras.
Sin embargo, al aceptar con manga ancha todas las iniciativas de promoción formuladas por distintos agentes urbanizadores la efectiva titularidad de los solares carece de importancia. Los adjudicatarios de las propuestas de desarrollo, en su mayoría grandes promotoras de vivienda, se han convertido en propietarios a todos los efectos de grandes bolsas de suelo.
Los plazos para desarrollar una propuesta de urbanización están tasados por ley, pero una vez que los propietarios originales han sido compensados o implicados en los proyectos de promoción, la posible rentabilidad del negocio se impone sobre cualquier afán de denuncia.
El 40% de la superficie de exposición de la próxima Feria Inmobiliaria Internacional que se celebrará en Madrid en mayo de 2003 estará ocupado en exclusiva por el patronato de turismo de la Marina Alta, una de las comarcas que más ha sufrido la presión urbanística durante las últimas décadas a pesar de la escasez de agua que amenaza la zona. Un dato más que ilustra la cantidad de suelo controlado por grandes promotores en territorio valenciano y pone en entredicho las reflexiones de Soler sobre el precio de la vivienda.
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