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El Parlamento iraní aprueba una ley que aumenta los poderes de Jatamí frente a los conservadores

Cientos de estudiantes protestan en Teherán contra la condena a muerte de un intelectual

El Parlamento iraní aprobó ayer un proyecto de ley que permite al presidente Mohamed Jatamí intervenir directamente en la justicia islámica, que acaba de demostrar de nuevo su resistencia a las reformas al condenar a muerte al intelectual Hachem Aghajari.

La mayoría de los miembros de la Cámara, dominada por los reformistas, se levantó tras la votación para mostrar su aprobación al proyecto, el segundo que intenta recortar poder a los sectores conservadores del país. Cuatro días antes, los diputados actuaron de la misma forma con un texto que impide a los conservadores filtrar las listas de candidatos a las elecciones.

Para algunos, estos proyectos constituyen una apuesta del todo por el todo del presidente, que, sistemáticamente enfrentado al bloqueo de los conservadores a casi todas sus iniciativas importantes, no ha llegado a reformar la sociedad iraní tan profundamente como había prometido en 1997. De hecho, el Consejo de los Guardianes de la Revolución, formado por 12 jueces y controlado por los conservadores, tiene derecho de veto sobre las decisiones de la Cámara y es muy posible que lo esgrima contra estos dos proyectos, estiman los observadores occidentales. El Consejo ha utilizado este derecho unas cincuenta veces en los últimos dos años contra proyectos legislativos que consideraba que violaban la ley islámica o los principios de la revolución de 1979.

Imperio de la ley

La ley permitiría a Jatamí suspender cualquier decisión de los tribunales si considera que viola la Constitución, y el responsable de este tipo de faltas podrá ser apartado de los puestos públicos durante un periodo de tres años la primera vez y definitivamente si reincide. Jatamí consideró que este proyecto le permitirá 'responder mejor a las aspiraciones del pueblo', así como establecer 'el imperio de la ley y la democracia'. Los conservadores han asegurado que se trata de un intento del presidente para asumir poderes dictatoriales.

Gracias a su control sobre los tribunales, los conservadores han encarcelado a cientos de reformistas, incluso después de 2001, cuando Jatamí fue elegido para un segundo mandato con una amplia mayoría. En un clima de enfrentamiento, el vicepresidente iraní, Mohamed Alí Abtahi, intentó mostrarse conciliador ayer al afirmar que el proyecto podría ser revisado en una segunda lectura en la Cámara.

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Mientras se debatía el proyecto, la justicia mostró con hechos concretos que no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer. El lunes encarceló a un importante dirigente reformista y el miércoles condenó a muerte por blasfemia al intelectual Hachem Aghajari, lo que ha provocado protestas estudiantiles en la Universidad de Teherán durante dos días consecutivos.

Ayer, unos 1.200 estudiantes se manifestaron contra esta condena, que ha provocado incluso las dudas de algunos sectores conservadores del país y que causó ayer la dimisión de dos diputados reformistas. 'Estos señores deben saber que no vamos a aceptar lo que hacen. Aghajari es un símbolo de la revolución', aseguró Akbar Atri, uno de los líderes este movimiento estudiantil.

'No tenemos nada que perder. Si han condenado a Aghajari por un discurso de una hora, quiere decir que nos piden a todos que nos callemos', señaló otro estudiante. El sábado por la noche, unos 400 universitarios comenzaron la protesta, que, por ahora, no ha provocado una respuesta contundente de la policía. En julio de 1999, un movimiento estudiantil similar fue reprimido con dureza. Las peticiones de clemencia hacia el líder espiritual del país, el conservador Alí Jamenei, han llegado tanto desde el interior del país como desde el extranjero.

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